Sin abrir la boca

El Partido Popular anda mirando al de enfrente desde el pasado 25 de Mayo y continúa en esa postura a pesar de que  perdió más de dos millones y medio de votos en las pasadas elecciones europeas. Pese a la inquietud que ha generado entre sus alcaldes esos resultados, no se ha movido nadie del balcón en el que andan asomados viendo la vida pasar.

En la calle, los ciudadanos han tomado la iniciativa, han generado opinión sobre muchos asuntos que les preocupan y han elevado su nivel de exigencia como nunca antes había ocurrido en nuestro país. Sin embargo,  y pese a todo, no se ha producido ninguna reacción en el partido que sustenta al Gobierno, que continúa en un perpetuo letargo.

Todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas, todo lo que se ha ido publicando sobre diferentes cuestiones – el incremento de votos de nuevas formaciones, el debate sobre Monarquía o  República, el desapego ciudadano al bipartidismo - comienza y termina en la izquierda. De esos asuntos ha salido indemne, curiosamente, la derecha. 

A pesar de haber sufrido ese importantísimo varapalo electoral, de que Rajoy aparezca como el líder político peor valorado, que esté amortizado dos años después de ganar las elecciones generales, o de que un juez haya constatado que el PP podría haber pagado con dinero negro parte de las obras en su sede, nada parece que salpique al partido que gobierna este país. No ofrece ni una sola explicación y tampoco se agolpan los que estén dispuestos a exigírsela. 

Respiro para Rajoy Que los papeles de Bárcenas comiencen como el verbo a hacerse cuerpo y que las deliberaciones judiciales hayan pasado casi desapercibidas en todo este terremoto de renuncias y abdicaciones, deben de haber supuesto un respiro para Mariano Rajoy. 

Para cuando pasen todos estos acontecimientos, igual España ha ganado de carambola el Mundial y ya nada impedirá al presidente del Gobierno meterse en septiembre sin abrir la boca.