No hay color. Si se compara el discurso del Rey Felipe VI en las Cortes con los más solemnes de la clase política actual, pocos están a la altura del pronunciado por el monarca. Felipe Gonzalez y Adolfo Suarez fueron comunicadores destacados, como Jordi Pujol y alguno mas, pero por lo general los políticos españoles comunican como la media de la sociedad, es decir, de forma insuficiente. Al bajo nivel de calidad comunicativa en España en el mundo profesional y político, hay que sumar cuarenta años de listas cerradas en las candidaturas donde se premia la fidelidad hacia quien decide la lista y no la conexión con los ciudadanos. De ahí el pobre panorama actual. Se podrá argumentar que para lista cerrada la de don Felipe, que no tuvo que competir para ser el heredero ni con la infanta Elena, mayor que él, porque la ley le favorecía. Pero él entendió desde hace mucho tiempo que comunicar bien era imprescindible para su mandato.
En el mensaje del nuevo Rey había advertencias elocuentes sobre el riesgo de distanciarse de los ciudadanos. Ese es el reproche principal de la opinión pública hacia los dirigentes. En el discurso se afrontaba sin eufemismos la necesidad de una Corona integra, honesta y trasparente y eso valía para su casa, pero también para todos los grupos parlamentarios allí presentes, e incluso para los que están llamando a la puerta del Congreso. No hay un líder político que hable en sede parlamentaria con esa rotundidad y claridad sobre este problema, demasiado generalizado.
Todo estuvo casi perfecto. Faltaba representación extranjera que, a pesar de la premura, hubiera acudido a arropar a don Felipe. Y, si acaso, sobraba el empeño policial en que por la mañana no se viera en el recorrido ninguna bandera republicana cuando el Rey, pese a quien pese, también lo es, como jefe del Estado, de los ciudadanos republicanos. Por la noche reaparecieron algunas manifestaciones republicanas consiguiendo Jorge Vestrynge ser arrestado, lo que le dará puntos en su nueva singladura política. Vestrynge empezó en la Falange Exterminadora, después fue número dos de Alianza Popular, coqueteó con el PSOE, colaboró con Izquierda Unida y ahora hace méritos en Podemos. No se perdió ni el escrache ante el domicilio de Soraya Saenz de Santamaría, ni la manifestación republicana. Definitivamente, el Rey está por encima de la clase política, se tome por donde se tome.
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