Como niños, pero con barba

Lo de esta Izquierda Unida andaluza, ahora tan a mitad de camino entre la moqueta y la jarapa, comienza a presentar un cuadro clínico irreversible: con la que está cayendo en la sanidad pública que ellos codirigen con el PSOE al frente de la Junta de Andalucía, consideran que la prioridad en materia sanitaria ha de ser retirar las capillas de los hospitales públicos andaluces. Es para hacérselo mirar, de verdad. Y es que Izquierda Unida, instalada en el psicodrama de la permanente adolescencia, se empeña en poner de actualidad un anticlericalismo que ya era antiguo en tiempos de nuestros bisabuelos. Ya dijimos en más de una ocasión que la llegada coaligada al poder de esta gente en Andalucía nos iba a proporcionar momentos de severa estupefacción. La última es que dicen que los capellanes están de más en los hospitales andaluces. De que haya pacientes en camas en los pasillos de los hospitales públicos no dicen nada. De que los profesionales sanitarios se encuentren exprimidos y agobiados por excesivas exigencias laborales fruto de una pésima planificación no dicen nada. De que se prometan hospitales materno-infantiles y luego se olviden no dicen nada. De las listas de espera no dicen nada. De que la sanidad pública, en definitiva, no funcione, no dicen ni pío. Y es que Izquierda Unida no ha llegado al gobierno de la Junta para ocuparse de los problemas reales de los andaluces, sino que ha llegado para darnos lecciones de asepsia democrática y a enseñarnos a ser ciudadanos. Y como son incompatibles con la pluralidad, reaccionan ante lo que les incomoda del único modo que se contempla en su limitado entendimiento de la realidad: con la supresión. Si algo no me gusta, lo borro. Y es que ellas y ellos son como niños, pero con barba.