El problema de la sequía que padecemos, que no ha mejorado con las últimas lluvias, no solo está ocasionando un grave perjuicio en sectores económicos de nuestra provincia como la ganadería o la agricultura – de lo que ya hablamos aquí y cuya situación se agrava con el paso de los días- sino que también ha hecho saltar todas las alarmas ante el escenario tan complejo que se avecina en las sierras de la provincia de Almería, en las que cualquier descuido puede provocar un incendio de fatales consecuencias.
La escasez de lluvias que padecemos se apunta como uno de los peores episodios de sequía que hemos sufrido en décadas. La previsión que manejan los distintos servicios meteorológicos para los próximos meses avisa de un aumento de las temperaturas en el sureste de la península por encima de la media de otros años. Es decir, que las condiciones de calor y sequía van a abundar en esa situación extrema que padecemos.
El año, desde sus comienzos, ya ha apuntado malas maneras con los graves incendios ocurridos en los municipios de Alhama de Almería y Lucainena de las Torres. Lo peor, sin embargo, ha sido sin duda la pérdida de una vida, la de la piloto de un avión de extinción que falleció mientras intentaba apagar un fuego en el término municipal de Serón.
Detrás del origen de la mayoría de los incendios, tal y como reflejan todas las estadísticas, se encuentra la mano del hombre. Por lo tanto, de nuestra participación activa en la prevención también dependerá que este verano no quede señalada Almería desde el punto de vista de los siniestros forestales.
Tenemos una provincia, a pesar de nuestro clima semiárido, con una riqueza ambiental extraordinaria que debemos preservar a toda costa puesto que es una enorme fuente de riqueza y una gran oportunidad de futuro. Observar nuestro entorno, avisar ante cualquier conato de incendio es una responsabilidad de todos. Ojo avizor este verano.
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