El amor es amor

“Hay que seguir alerta porque la sociedad está retrociendo y o podemos relajarnos hay que actuar”

Mar Verdejo
01:00 • 05 jul. 2014

En la Naturaleza, existen zonas donde se encuentran las soluciones a los problemas de supervivencia: y a estas zonas se les llama ecotonos. Son de gran interés por su gran biodiversidad. Y aquí es donde está la clave de la supervivencia de las especies, donde se encuentra la solución a los conflictos naturales. La Naturaleza nos enseña que la diversidad es la clave del bienestar de los seres humanos, sin exclusión.


Ante los hechos que han ocurrido esta semana en Almería, hay que decir que no podemos relajarnos y que tenemos que seguir alerta. Hay que denunciar, porque no podemos dar un paso atrás en los Derechos Humanos Universales conseguidos, que en su artículo primero dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Hay que seguir alerta porque la sociedad está retrocediendo y hay que actuar. Dice el poema de Martin Niemöller: “Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas guardé silencio, porque yo no era comunista…, cuando vinieron a por los judíos, yo no pronuncié silencio. Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar”. Hay que seguir alerta y denunciar más que nunca los casos de homofobia, transfobia y misoginia. 


En Almería, el colectivo COLEGA ha denunciado más de treinta casos en el último año. El más reciente, en el que la inmensa mayoría de la sociedad almeriense repudiamos, es el de una pareja, que sufrió una brutal paliza por un padre y un hijo tras insultos homofóbicos: ¿Tan difícil es entender el amor?  




Decía Oscar Wilde “uno se enamora de personas, no de géneros”. Y el amor se transmite con una gran belleza a través de sus muestras de afecto: como la caricia de una madre a su hijo, el abrazo de una amiga o el beso entre personas que se aman. No es un problema de quién amas, sino de amar y ser amado. La normalidad, por tanto, es amar y ser amado: el amor no entiende de opciones. 


No es concebible entonces tener miedo a mostrar afecto a las personas a las que amamos. No lo es tampoco no poder mostrar afecto a nuestra pareja por miedo a ser señalado, increpado y apaleado. Dijo el periodista almeriense Miguel Cárceles en el 15º aniversario de COLEGA: “Todos queremos igual, todos amamos distinto”. Como dice la presidenta de la FELGTB, Boti García: “El delito es la discriminación”, a lo que yo añado: “y no el amor”, porque cómo bien explica mi gran amiga Bibiana Montoya de la Asociación Amar y Vida: “La vida consiste en amar y hay que empezar amándose a uno mismo por cómo es”. Bibi es sabia y la naturaleza también.






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