Verano frío

Que en el mes de Julio descienda la temperatura y en Madrid nieve  a las tres de la tarde, es algo más que un signo evidente del  preocupante y enloquecido cambio climático. Dicen los meteorólogos que una bolsa de aire polar se ha estancado sobre la atmósfera de la península,  y sería esa gélida masa gaseosa la causante de estos fenómenos inusuales para la época del año en la que nos encontramos.

La explicación científica no favorece la especulación paranormal y desentraña los misterios de un clima impropio, aunque tenga que ver con una probabilidad entre un millón: una corriente de aire polar puede seguir flotando sobre España hasta que los pingüinos lleguen a los chiringuitos playeros a compartir unas tapas de paella y tortilla española con los bañistas de Torremolinos y Cabo de Gata, después de todo no faltaría algún avispado empresario turístico capaz de sacar provecho a estas nuevas circunstancias. Este simbólico antagonismo: verano-frio, podría completarse con otros que han aparecido en escena, así podemos hablar recuperación económica sin apenas creación de empleo, salida de la crisis invisible, rey sin reino, infantas en empresas de plebeyos, bancos que no dan prestamos, bancos que reciben financiación y ayudas a fondo perdido. Estas extrañas parejas, estos binomios desconcertantes y aparentemente irreconciliables, replantean una nueva forma de analizar y pensar en nuestro tiempo. Por eso las entidades financieras, rescatadas del naufragio con dinero público siguen desahuciando a la gente y echando familias a la calle, o un Presidente del Gobierno hace una rueda de prensa sin preguntas, por eso mismo el gran patrón, el Sr. Rosell, dice que las amas de casa han saqueado las arcas del Estado apuntándose al paro con la expectativa de obtener alguna prebenda y la Sra. Aguirre que ha gobernado desde un entorno plagado de consejeros corruptos, se permite sacar pecho y difamar a quien le parezca, sólo la gente muy suspicaz verá en ello una contradicción, los demás hasta hemos normalizado la anormalidad.