El PP espera beneficiarse de Podemos

“Nadie pensará ingenuamente que es casualidad que el PP arremeta día si, día no, contra Pablo Iglesias”

Manuel Campo Vidal
23:48 • 06 jul. 2014

Nadie pensará ingenuamente que es casualidad que dia si, dia no, cualificados dirigentes del Partido Popular arremetan contra Pablo Iglesias, líder del movimiento Podemos que obtuvo más de un millón de votos en las pasadas europeas y que se asentará territorialmente en las municipales y autonómicas de mayo de 2015. El primero fue el ministro de Interior, Jorge Fernandez Diaz, replicando al calificativo de “la casta”, empleado por Iglesias para dirigirse a los políticos de los partidos tradicionales, al calificarle como “la caspa”. 


La última en piropearlo ha sido Esperanza Aguirre que sitúa a Pablo Iglesias como “amigo de Hugo Chaves, Fidel Castro y la ETA”. Cabe imaginar la felicidad que embarga al combatido Iglesias y a sus seguidores ante tamaño desatino, aunque considere llevarla a los tribunales. Crece su popularidad, al tiempo que tapa en los medios a fuerzas como Izquierda Unida y socialistas, entre otros.


Todo responde a una estrategia. Si Podemos sube, el PSOE, que hasta ahora fue la auténtica alternativa de poder, corre el riesgo de desplomarse, más allá  de los méritos propios que acreditan los socialistas para tal debacle. Pero lo más importante: al grito de Esperanza Aguirre y otros dirigentes de la derecha de que “ viene el lobo” -el lobo bolivariano, castrista y proetarra- el electorado tradicional del PP se defenderá, esperan, votando a los suyos para ahuyentar fantasmas. 




La mayoría absoluta, ya perdida en las encuestas, puede volver a asomar en el horizonte popular gracias a esta estrategia edificada sobre el ascenso de Podemos. Brillante para el partido, aunque de dudosa rentabilidad para la estabilidad del país. Pero eso ya importa menos a los estrategas. Son, si acaso, daños colaterales. Esta estrategia supone establecer dos polos, en la tensión electoral clásica, entre la P de Podemos y la doble P del Partido Popular. Y cuando el arco voltaico funciona, ya se sabe que lo queda en medio suele salir chamuscado, o incluso electrocutado. Atentos por tanto socialistas, la propia Izquierda Unida, Rosa Diez y nacionalismos varios. Cuando en Cataluña Aznar comenzó a hostigar a Esquerra Republicana, los independentistas crecieron como la espuma. Lo recuerdan agradecidos.






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