El inicio de las obras en el Barrio Alto supone un antes y un después en el desarrollo urbanístico de la ciudad y viene a poner fin a una reclamación histórica, no ya de un barrio concreto, sino del conjunto de la ciudad. Obligados a dar una respuesta a esa necesidad, nuestro alcalde, Luis Rogelio, se comprometió a resolver, junto a los vecinos y desde la gestión pública, el complicado y singular entramado que presenta esta parte de la ciudad, consciente de la necesidad de un tratamiento integral que mejorara el barrio, facilitando la reurbanización y el reequipamiento de esta zona.
El PGOU del año 98, todavía vigente, planteaba la necesidad de llevar a cabo una reforma interior del Barrio Alto, incluyendo hasta cuatro actuaciones de reurbanización sobre ese espacio, dos unidades de ejecución y dos planes especiales. Y ha sido en esta corporación cuando verdaderamente, desde lo público, las promesas se han tornado en realidad. Acometida la primera de las actuaciones, la unidad de ejecución que llevó a la demolición de varios inmuebles y a la prolongación de la calle Pintor Romero de Torres, sigue ahora un plan especial que afectará a una superficie de casi 5.000 metros cuadrados. Una rehabilitación que afecta a una parte importante del barrio, algo que, sin embargo, es un “parche” para la oposición, afeando así la necesidad de actuar sobre esta zona en un intento por desacreditar su recuperación como espacio para vivir tras haber crecido sin las condiciones adecuadas de calidad, equipamientos y servicios que hoy se demandan.
No ha sido fácil llegar hasta aquí, han sido dos años largos de tramitación de un proyecto que ha requerido de los necesarios acuerdos con los vecinos, reparcelación, urbanización, licitación…, un trabajo que se torna en obra gracias a la decidida voluntad municipal de ser motor de esa recuperación, dinamizando la economía y creando empleo desde la iniciativa pública.
Una gran actuación transformadora y consensuada. En nada parecida a la iniciativa anterior para esta zona, presentada y aprobada por PSOE-IU en mayo de 2002, que, paradójicamente, por decisión del mismo equipo de gobierno, no continuó su tramitación administrativa. Fueron incapaces de llevarla adelante y ahora les molesta ver las máquinas trabajando en el Barrio Alto.
Hoy la situación es bien distinta, apoyada en la voluntad de llevar a término una actuación integral sobre la zona. A ella se unen capacidad y decisión, además de una firme apuesta por un modelo de gestión que propicia la participación de todos los propietarios y que es menos costoso.
Las máquinas trabajando son preludio de un cambio radical en la fisonomía del barrio. Un entramado urbano totalmente nuevo, con todos los servicios necesarios y dimensionados a la realidad actual. Nueva red viaria, aparcamientos y más de 1.000 nuevos metros cuadrados de espacios libres de calidad. Los resultados de la actuación serán visibles en cuestión de meses, los mismos que seguiremos esperando a que la Junta de Andalucía se decida a responder no ya a las históricas, más bien prehistóricas, peticiones de barrios tan emblemáticos y singulares de nuestra ciudad, como San Cristóbal, donde no han llegado los sustanciosos beneficios que la Empresa Pública de Andalucía obtuvo de su gestión en El Toyo.
Desde el Ayuntamiento tenemos un compromiso de modernización con los barrios y lo vamos a cumplir. Podrán discutirse las fechas o los plazos, pero hoy por hoy los almerienses saben que las necesidades de su barrio van a quedar cubiertas más pronto que tarde, aunque ello levante ampo
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