Cuentan las crónicas que en aquel velezano pueblo de nombre tan extraño nunca más se ha sabido de su ilustre hijo quien, al parecer, había decidido dedicarse toda su vida a la trashumancia por los países y lugares de cuantas criaturas y seres había parido a lo largo de su dilatada y prolífica carrera creativa, circunstancia que le obligaba a vivir sus días en un continuo trasiego de un lugar a otro. Una decisión de tamaña trascendencia ha causado no poca incomprensión en todo el pueblo, cuyos vecinos están condenados a la conjetura permanente, a la especulación continua, a las intrigas constantes. La incertidumbre creada por el protagonista de esta historia almeriense, tan real como su excelente aportación al mundo de las Letras, ha llegado a todas las casas y rincones de este hermoso pueblo. La noticia en cuestión, que ha soliviantado a tan apacible comarca, se ha producido hace unas semanas con la llegada a la localidad de referencia de un camión de medio tamaño, con caja cerrada, matricula legal y bastante normal en lo que se refiere al resto de elementos del vehículo medianamente pesado. Estacionado el camión a las puertas del domicilio de nuestro personaje, descendieron del mismo pocos usuarios: el conductor y un acompañante, a quienes se sumó una activa operaria. Tras unas horas de permanencia en el interior de la vivienda, abiertas sus puertas de par en par, comenzó una interminable procesión de cajas de sabiduría que fueron cuidadosamente cargadas en el vehículo, que una vez lleno partió con destino desconocido. Muchos paisanos auguraron el traslado del dueño de la mercancía. Si embargo, semanas después, el camión regresó al mismo estacionamiento para devolver la misma carga que fue introducida en la misma casa. Este último hecho ha causado tal desconcierto que no faltan vecinos que ven en este camión misterioso la razón de una supuesta enajenación del dueño y señor de su carga.¿Volverá el camión al pueblo?
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