El papel de Europa

“La Europa de los 450 millones de habitantes está llamada a ocupar una plaza en el pódium de los vencedores”

Fermín Bocos
23:22 • 24 jul. 2014

Europa es una potencia económica, pero es un pigmeo en política internacional. En el globalizado mundo actual, la economía va por delante de la política pero sin una verdadera política exterior es sólo cuestión de tiempo que otros países superen a la Unión Europea en la guerra abierta por hacerse con la hegemonía en el mundo de los negocios. Estados Unidos y su divisa, el dólar, lideran el planeta, pero China, el gigante asiático que asombra con su extraño modelo de dictadura comunista ultra capitalista ocupa ya la segunda plaza. Rusia, cuyos recursos en materias primas parecen ilimitados y esa es su gran ventaja, también está en la carrera junto a Japón o Corea, países que, a escala, manifiestan una pujanza industrial y una fortaleza exportadora impresionante. Hay más corredores en liza en la carrera por ocupar el centro del escenario económico del siglo XXI.


Países de economía emergente como la India o Brasil también juegan al gran juego. Pero Europa, la Europa de los 450 millones de habitantes -después de China y la India el mayor mercado del planeta- con Alemania como motor, está llamada a ocupar una plaza en el pódium de los vencedores. En vías de superar las secuelas de la crisis  provocada por la explosión de la burbuja financiera  y con el euro puesto a salvo como moneda común, en el horizonte sólo se interponen las dudas que nacen de la debilidad -por no decir, ausencia-, de una política exterior propia. Política comunitaria capaz de marcar agenda e imponer presencia en aquellas situaciones o conflictos en los que ahora sólo comparecen los EEUU como gran interlocutor. De ahí extrae Washington su ventaja. Unas veces en solitario y otras como cabeza de  la OTAN. Buena parte de los países miembros de la UE son socios de la Alianza Atlántica, pero el gran patrón, quien marca su rumbo y a la postre diseña sus objetivos, es Estados Unidos. Mantener la OTAN supone invertir en Defensa por encima de las necesidades individuales de cada país miembro. Visto como está el mundo -con conflictos que se reavivan (Iraq, Siria, Israel-Palestina), crisis recientes (Ucrania) o amenazas potenciales (yihadistas en el Sahel, piratería en el Índico)-, no sería sensato pensar en debilitar la estructura militar de la Alianza, pero dicho esto, Europa debería tener más papel en el mundo.







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