Relevo generacional

Si alguien hubiera imaginado que el Príncipe Felipe se iba a convertir en Rey de un día para otro seguro que le tocaba la lotería

Rosa Villacastín
01:00 • 03 ago. 2014

La imagen del Rey Felipe VI estrechando la mano de Pedro Sánchez, el flamante nuevo secretario general del PSOE, no puede ser más ilustrativa de los nuevos tiempos que estamos viviendo en nuestro país. Tiempos nuevos de relevo generacional que se están plasmando no sólo en la Familia Real, en los partidos, sino hasta en la selección española, en importantes empresas familiares, en los medios de comunicación y en la Iglesia. Quedan pendientes relevos en algún sector como el de los sindicatos y las patronales pero todo llegará.


Los que peinamos canas vivimos un primer relevo con la muerte de Franco.  Como dijo Alfonso Guerra años después, a España no la conocía ni la madre que la parió. De aquellos movimientos nació la transición y sus protagonistas han liderado hasta hace bien poco el proceso de democratización española.


Pero, poco a poco, la muerte para unos, la jubilación para otros y el cansancio de una sociedad donde se ha adueñado la renovación tecnológica por un lado, y la corrupción por el lado más oscuro, ha provocado que se ponga en marcha de modo imparable un relevo generacional que se lleva fraguando los últimos años. Si alguien hubiera imaginado que el Príncipe Felipe se iba a convertir en Rey en junio del 2014 casi de un día para otro, seguro que le tocaba la lotería. Si alguien hubiera pensado que a Alfredo Pérez Rubalcaba le iba a sustituir un joven de 42 años apenas conocido meses antes, se llevaría un premio. Pero así ha sido: poco a poco los protagonistas van cambiando, surgen nuevos rostros y esto no ha hecho más que empezar. En las últimas elecciones europeas surgió un nuevo líder, Pablo Iglesias de Podemos y nadie duda que puede llegar a tener un papel importante en la vida política española. Precisamente de la capacidad de reacción de los viejos partidos españoles dependerá que mantengan su hegemonía. El PSOE lo ha hecho y es cierto que quedan muchas dudas pero ha acometido su renovación contando incluso con los militantes de toda España. El Partido Popular tiene esa renovación pendiente y lo mismo Izquierda Unida aunque en este partido se están notando los primeros pasos de necesidad de cambio. En cuanto a los nacionalistas, el episodio Pujol puede poner patas arriba a la sociedad política catalana.




Pero tampoco es cuestión de echar por la borda a unas generaciones que hemos vivido a fondo la transición del régimen de Franco a otro plenamente democrático, que han puesto su granito de arena en consolidar el proceso y que atesoran conocimientos fundamentales para no perder el rumbo que nos marcamos hace más de treinta años. Las generaciones veteranas tienen largas expectativas de vida, constituyen un fondo electoral muy importante y económicamente tienen todavía un potencial considerable. Relevo generacional, sí, pero sin olvidar a millones de ciudadanos que saben lo que ha costado llegar hasta aquí y que, aunque aceptan dejar paso a los jóvenes, tampoco asisten impasibles al devenir de las cosas. Ténganlo en cuenta, señores y señoras jóvenes.






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