Hacia un sistema de importación de tomates más equilibrado

El PP se hizo eco de esas quejas y reclamó reiteradamente ante la Comisión Europea que interviniera

Esther Herranz
23:15 • 04 ago. 2014

Año tras año los productores españoles de tomates se han venido quejando de los problemas que ocasiona el régimen europeo de importación de frutas y hortalizas, al favorecer situaciones irregulares distorsionadoras del comercio. Durante más de una década han transmitido su malestar ante la existencia de un sistema complejo que ha logrado envenenar de alguna forma la imagen de las exportaciones de tomates marroquíes. 


El PP se hizo eco de esas quejas y reclamó reiteradamente ante la Comisión Europea que interviniera mejorando el funcionamiento del régimen de precios de entrada de frutas y hortalizas. En las negociaciones de la reciente reforma de la PAC, Gabriel Mato y yo misma nos entrevistamos con el comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, para hacerle llegar las inquietudes manifestadas por los productores.


Tras muchos años de reiterar ante las instituciones europeas el mensaje de incomodidad, finalmente la Comisión Europea accedió a introducir los cambios necesarios en el marco de la reforma de la Política Agrícola Común acordada en 2013. El cambio más sustancial ha consistido en eliminar el recurso al método deductivo. Esa alternativa, que ya ha venido utilizándose en más del 70 por ciento de las importaciones de tomates marroquíes, tiene como principal ventaja suprimir de un plumazo toda tentación de distorsión de la realidad. Es legítimo que tanto los productores marroquíes como los españoles intenten preservar sus intereses. Lograr una solución que permita guardar un equilibrio sano entre los intereses de ambos lados debería ser una prioridad a la hora de introducir las modificaciones oportunas al sistema aplicado hasta ahora.  La Comisión está haciendo un esfuerzo considerable por entender las posiciones de unos y de otros y por lograr un régimen que sea lo más transparente posible, pues no tiene sentido mantener un mecanismo que da lugar a que se “cuelen” declaraciones irregulares con el objetivo de evadir el pago de tasas aduaneras.




La solución final puede que no sea en un cien por ciento la que desearían unos u otros pero al menos debería tener como principal virtud reducir las tensiones del mercado de frutas y hortalizas, que juega un papel primordial para la agricultura española y marroquí. 






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