Otoño incandescente

Juan Megino
01:00 • 16 ago. 2014

No hace falta ser adivino, ni siquiera un experto politólogo, para avizorar un otoño, desde el punto de vista político, no sólo caliente sino que podrá llegar a ser incandescente.


En efecto. El principal problema político que tenemos en estos momentos los españoles se llama Cataluña y, en ella, el empecinamiento del Sr. Mas, presidente de la Generalidad, y sus belicosos socios de Gobierno, Esquerra Republicana, en relación con el proceso secesionista, que culminará, con el referéndum ilegal el próximo noviembre. Probablemente tengamos una información aproximada de lo que pueda suceder entonces con la celebración de la Diada el próximo 11 de septiembre, pese a las noticias adelantadas de un menor entusiasmo de los independentistas catalanes respecto a años anteriores.


A ese calentón otoñal, habrá que añadir la situación de los aforados andaluces del PSOE, especialmente de los ex presidentes Chaves y Griñán, por el asunto de los ERES irregulares en Andalucía, tras la exposición razonada realizada por la juez Alaya ante el Tribunal Supremo, organismo competente para analizar y, en su caso, juzgar, una vez leída la instrucción previa realizada  por aquella, de más de 300.000 folios, tarea nada fácil y que previamente tendrá que ser conocida por el Ministerio Fiscal para su posterior posicionamiento. 




Estos días hemos tenido la oportunidad de leer y oír a los ex presidentes, manifestando su total inocencia en cuanto al manejo, supuestamente fraudulento, de más de mil millones de euros dedicados a trabajadores desempleados, aduciendo que ninguno se ha llevado un solo euro. Partiendo siempre de la presunción de inocencia de cualquiera de los implicados, aforados o no, habrá que recordar a los que así se manifiestan que el Código Penal incluye como delitos, no sólo el robo sino también la malversación de fondos públicos o la prevaricación a la hora de su reparto, situaciones claramente delictivas que, cuando menos, pululan desde el principio sobre los expediente irregulares de los ERES. Hacernos  creer, como pretenden algunos, que el manejo de esas ingentes cantidades podría hacerse  sin el conocimiento de la cúpula socialista en el poder durante esos años, o que el ínclito Sr. Zarrías, gran muñidor de cuanto acontecía en el Gobierno durante  esa etapa, no estaba al corriente de los procedimientos utilizados, constituye un verdadero insulto a la inteligencia de los ciudadanos, andaluces y españoles.


Todavía existen, potencialmente, más elementos políticos para calentar el otoño, porque no se olvide que ya estaremos casi en periodo preelectoral para las municipales del 2015. De esto ya hablaremos más adelante.






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