Premios Nobel contra Merkel

Es di­fícil coor­dinar po­lí­ticas cuando los go­biernos de al­gunos países no si­guen las re­glas acor­da­das

A. R. Mendizábal
01:00 • 22 ago. 2014

Pelea de gallos. Gallos de pelea. A orillas del lago Constanza, en la tranquila ciudad bávara de Lindau, 18 Premios Nobel de Economía y 450 especialistas de más de 80 países están analizando esta semana cómo van las cosas. Por lo que se pudo escuchar el miércoles, van mal. Y la eurozona, peor y sin perspectivas claras de mejoría. Pero Angela Merkel pasó al ataque en el corral y dio zarpazos con sus garras.


Tres de los lau­reados sa­lieron en ba­tería a cen­surar la exi­gente po­lí­tica de aus­te­ridad que ha im­puesto Alemania du­rante la cri­sis. Para ellos, lo ha es­tro­peado todo más. Peter Diamond, pro­fesor en el Instituto de Tecnología de Masachusets, uno de los grandes ex­pertos mun­diales en se­gu­ridad so­cial y em­pleo y ga­lar­do­nado en 2010, “los his­to­ria­dores van a em­plumar a los ban­queros cen­trales eu­ro­peos” de hoy día.


Ni han es­tado ni están a la al­tura, le viene a decir a The Daily Telegraph: “Los jó­venes en España y en Italia que en­tren al mer­cado la­boral en esta re­ce­sión se van a ver afec­tados du­rante dé­ca­das. Es un re­sul­tado te­rri­ble, y es sor­pren­dente el es­caso al­bo­roto que ha ha­bido por unas po­lí­ticas sor­pren­den­te­mente des­truc­ti­vas”. ¿Qué de­bería ha­cerse? Esto: “Mejor uso de los es­tí­mulos y gastar en in­fra­es­truc­tu­ras. Eso em­pu­jaría el cre­ci­miento y ayu­daría a bajar la tasa de deuda pú­blica res­pecto al PIB” de los paí­ses.




Christopher Sims, co­lega de Paul Krugman en Princeton y Nobel en 2011, cree que los res­pon­sa­bles de la mo­neda única están con­du­ciendo a los países pe­ri­fé­ricos del sur a pro­blemas más graves con su aus­te­ridad pro­cí­clica. Y su­giere: “Si fuera con­se­jero de Grecia, Portugal o in­cluso España, les diría que pre­pa­raran planes de con­tin­gencia para irse del euro. No tiene sen­tido per­te­necer a la mo­neda única si todo lo que ocurre cuando te al­canza la sa­cu­dida que todo em­peo­ra”.


Más cosas tiene que decir Sims sobre la op­ción de salir del euro: “Sería muy cos­toso irse del euro, una forma de de­fault, pero per­ma­necer es tam­bién muy cos­tosos para esos paí­ses. Los eu­ro­peos han creado un sis­tema que es peor que el del Patrón Oro. Esos países están en la misma si­tua­ción que es­tu­vieron los la­ti­noa­me­ri­canos que se fi­nan­ciaban en dó­la­res”.




Pero el Nobel que le ha ati­zado fuerte a la can­ci­ller ale­mana ha sido el in­com­bus­tible Joseph Stiglitz, pro­fesor en la Universidad de Columbia y acé­rrimo key­ne­siano. Califica la aus­te­ridad de ‘desastroso fra­caso’ por ser esa po­lí­tica res­pon­sable de que no se haya re­cu­pe­rado la eco­nomía de la eu­ro­zona: Francia es­tan­cada, Italia en ter­cera re­ce­sión y hasta Alemania per­diendo fue­lle.


Para Stiglitz, las ‘autoridades’ de la eu­ro­zona han sub­es­ti­mado enor­me­mente los efectos ad­versos de esas po­lí­ti­cas. Y lo que es peor: per­sisten en el error. El Nobel tam­bién tiene frases que anun­cian nu­ba­rro­nes: “Hay riesgo de una de­pre­sión que dure años, que de­jaría chica la Década Perdida de Japón. Estoy muy preo­cu­pado por el fu­turo de la unión mo­ne­ta­ria, y eso que to­davía no han no­tado el im­pacto de las ten­siones geo­po­lí­ti­cas”.




Aunque en pú­blico no ha men­cio­nado a Merkel, sí lo ha hecho en pri­vado, como cuenta The Guardian. La mano de hierro de la can­ci­ller ha creado mucho des­em­pleo, según Stiglitz, cuando todo po­dría ha­berse sua­vi­zado, por ejem­plo, por el lan­za­miento de los eu­ro­bonos a los que se opone Berlín. Y claro, ella se ha de­fen­dido como los buenos clubs, ata­cando. En primer lu­gar, Merkel se ha puesto seria sobre el fu­turo. Muy se­ria. A menos que se re­gulen glo­bal­mente las nuevas formas fi­nan­cie­ras, como la banca en la som­bra, se corre el riesgo de otra cri­sis.


Y en se­gundo lu­gar, ha in­sis­tido en que la unión mo­ne­taria debe ir acom­pa­ñada de unión fiscal y de unión ban­ca­ria, cosa que va muy lenta. Mientras tanto, es di­fícil coor­dinar po­lí­ticas cuando los go­biernos o par­la­mentos de al­gunos países no si­guen las re­glas acor­da­das. Ha sido una arre­me­tida no sólo a los Nobel an­ti-aus­te­ri­dad, sino a Italia y Francia, que quieren am­pliar más el plazo para cum­plir el dé­ficit del 3%. Es más, ha atri­buido el es­tan­ca­miento de la eu­ro­zona a la in­ca­pa­cidad para san­cionar a los países in­cum­pli­do­res. ¿Pensaría tam­bién en España en este punto? Seguro que se lo acla­rará a Rajoy en el Camino de Santiago el pró­ximo do­mingo.



Temas relacionados

para ti

en destaque