Almería quién te viera

Parece que, cuando llegan las fiestas, toca desempolvar algo de folklore de nuestra tierra relativa a otros tiempos, propio de la alegría en los festejos que organizaban nuestros antepasados, pero hasta esto va quedando en casi nada, incluso las fiestas de la capital se alejan ya mucho del Pueblo, de esa sabiduría popular a la que hace referencia el folklore.

Las ya finalizadas fiestas de la capital son reflejo del estilo gubernamental municipal y no de los almerienses. 

Debemos recuperar construir sociedad desde las raíces, desde sus propias manifestaciones culturales; debe brotar de los barrios actividad auténticamente cultural que, enriquecida con la sapiencia reglada, accesible desde lo público, fortalezca la sociedad creando el nuevo folklore; para ello hay que mirar a nuestras raíces, pero no con parches (como el Festival de Folklore), si no con retales bien cosidos, como confeccionaban nuestros antepasados sus enaguas escondidas bajo los refajos, así seguro que tendríamos también una Feria diferente, que atraería turismo para revertir en más empleo.

Nos encontramos también con el paseo abierto al tráfico a mediodía, la Batalla de flores paupérrima,  o el estado tan lamentable de limpieza y mantenimiento de la ciudad, con lo que, uniendo el saber popular de años atrás y el actual, igual una de las letras del Fandango de Cuevas del Almanzora diría algo como ‘Almería, quién te viera y tus calles paseara, con Feria como sin ella, ojala que las limpiaran’

Además, nuestras fiestas se olvidan del porcentaje elevadísimo de desempleados, y de tantos niños que en casa no tienen ningún tipo de ingreso, con lo que no pueden disfrutar de esta Feria enlatada exenta de identidad y vivirla como nos la plantean. ¿Por qué no recaudar menos de los feriantes y tener así precios al público más asequibles? 

Quizás el dinero de más que ha costado el servicio externo de reparto de abanicos podría  invertirse en este sentido, pero claro, no pidamos peras al olmo.