Tras cuatro años de duro ajuste salarial, Bruselas considera ahora “ injusta, lenta e ineficiente” la politica que ha conseguido bajar el sueldo de los trabajadores temporales cuatro veces más que el de los fijos. Siempre es bueno recordar. Esta crisis que padecemos comenzó siendo financiera, luego pasó a ser económica y ahora politica. Ante la negativa de hacérselo pagar a los verdaderos culpables, los mandatarios europeos creyeron que la recuperación pasaba por darle al trabajador una buena tunda de austeridad. Nuestro país, siempre obediente a lo que manda la Merkel, se entregó a los recortes, rebajó el sueldo de los funcionarios e incluso los dejó sin paga extraordianria, desanimó un veinte por ciento el poder adquisitivo de la clase media, desinflaron el presupuesto para eduación y sanidad, paralizaron las pensiones.
Como austeridad no es sinónimo de crecimiento, aumentó al paro hasta alcanzar los seis millones de desempleados. Todo con el fin de que el emprendedor se animara a crear empleo bajo la ganga cruel del despido libre y los nuevos créditos de la banca ya saneada con dinero publico. Algunos signos de recuperación, muy pocos, se vieron en el horizonte para los que no faltaron las trompetas de Jericó ensalzando al poder. A Zapatero le hicieron cambiar la Constitución en menos de un mes con el visto bueno del presidente del PP. Los hombres de negro venían a v er cómo iban sus préstamos. Llegaban, examinaban la deuda, se daban una vuelta por Madrid, visitaban la Moncloa y luego le decian al nuevo inquilino:” Oh, estamos muy contenbto con las reformas. Va usted en la buena dirección pero hay que apretar más todavía”.
Los obreros ganan demasiado, las taxas universitarias hay que subirlas, los presupuestos en sanidad no se pueden mantener, sobran medicos en la Seguridad Social, enfermeras a Australia aqui no se crear un puesto nuevo ni para el Nuncio. Asi pasaron cuatro años. La politica de austeridad canta ahora su mea culpa. El informe de la Comisión Europea dice que, en lo que va de crisis, los trabajadores temporales han sufrido un veinte por ciento de caída respecto a los fijos. Sueldos de los años ochenta, ya son un dolor, se ectraña Mario0 Draghi..
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