LA VOZ cumple setenta y cinco años en la vida de los almerienses

Juan Torrijos
20:37 • 17 dic. 2014

Los que formamos parte de la historia de estas páginas que ustedes contemplan cada mañana nos sentimos satisfechos de haber contado con su confianza a lo largo de tan largo periodo de tiempo. No ha sido fácil, no crean ustedes. Nuestras páginas, como la vida misma de los almerienses, se han tenido que ir amoldando a las distintas situaciones que por esta tierra han pasado. Pero aquí nos tienen setenta y cinco años después. Y es una alegría poder contárselo y cantárselo cada día ante ese café con tostada de tomate y aceite que le acompaña en su primera mirada a las páginas que ahora tiene delante de su nariz. 


Durante años acudíamos cada mañana a las casas de los almerienses como llegaba la botella de leche o el panadero dejaba las dos barras de pan en la bolsa de tela que mamá colgaba cada noche en el pomo de la puerta. 


Setenta y cinco años de LA VOZ. Se dice pronto. Setenta y cinco años formando parte de la historia de una provincia, de sus hombres y sus mujeres. Despertando cada día con ellos, ilusionando con sus páginas unos días, llevando tristeza en otros. Es el sino de tener que contar la vida de una provincia olvidada durante muchos años y que se tenía que enfrentar cada día a sus miedos y sus sueños. Y La Voz de Almería hoy, el Yugo ayer, ha visto, ha vivido y ha contado la historia de una provincia que se debe a sí misma (sólo a sí misma) lo que es en estos momentos. Y en esa dura existencia que ha llevado a la provincia hasta un lugar preeminente La Voz estuvo ahí.  Cambiando la piel cuando hacía falta como lo hacían los almerienses o mirando el futuro con optimismo cuando era necesario.




Ayer fueron unos almerienses, hoy somos otros, vendrán los que mañana ocuparan las páginas que tiene delante para llenarlas con la vida de los futuros ciudadanos. Y seguiremos cumpliendo años, y lo único que deseamos los que por aquí unimos sueños, palabras e ilusiones es que sigan dándonos su confianza. Nos gustaría, dentro de otros setenta años, seguir en sus manos, ante su mirada, mientras se toma el primer café del día. Dicen que para entonces lo mismo el formato papel ha desaparecido, pero seguro que nosotros, el espíritu de La Voz de Almería, seguirá presente en su desayuno de cada día, junto a la tostada con aceite de Canjáyar o Tabernas.






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