El trampolín

Parece que los andaluces no se han cansado todavía del socialismo según las estadísticas

Kayros
01:00 • 30 ene. 2015

No conozco a ningún presidente del Gobierno ni tampoco de Autonomía que convoque elecciones para perderlas. Más bien lo hacen para triunfar y para ello es lógico que aprovechen la coyuntura más propicia, es decir, ver si dan las condiciones objetivas. Es lo que ha hecho Susana Díaz contra los criterios de la oposición que seguramente las habría convocado igualmente en caso de tener alguna esperanza. Es la escena de la zorra mirando con ojos de envidia los racimos de uva diciéndose desconsolada aquello de están verdes. Tanto el PP como IU murmuran de la inutilidad de unas elecciones andaluzas ahora que están anunciadas casi media docena. También se lanzan sin escrúpulos a hacer futurología política diciendo que el 22 de marzo solo es una parte del sainete, u n trampolín para alzarse con la secretaría general del PSOE nacional. Me asombra tanta sutileza. No basta que la señora Díaz diga que solo interesa Andalucía. Tampoco basta haber negado taxativamente que le quite el sueño la Moncloa. La oposición parece estar dentro de su pensamiento ; viva la ciencia ficción. Pero hay algo real que no tenemos en cuenta y es que el verdadero protagonista es el pueblo andaluz. De lo que él diga y de lo que él haga dependerá todo. Por lo que apuntan las estadísticas, parece que los andaluces no se han cansado todavía del socialismo. Es cierto que son muchos años en el poder pero ¿qué es eso para el programa de recortes que les espera si gana el PP? ¿Por qué Rajoy solo baja los impuestos cuando se acercan las elecciones? Cualquiera sabe ya que, a menos recaudación, menos dinero para los servicios públicos. Quienes aún gozan de una educación gratuita y universal, quienes conocen el estado lamentable de nuestra sanidad (vean lo pasa en la calle con la hepatitis C) no están por las privatizaciones de la derecha. Y hay mucho más. Algunos economistas dicen que si no potenciamos la investigación podríamos volver a la España de Fraga que todo lo fiaba al turismo y al “ vente a Alemania, Pepe”. No todo es cantar las excelencias de la macroeconomía. Hace falta que el 51% de los jóvenes que se han marchado fuera participe en el proceso productivo. Veremos si, con trampolín o sin él, dejan hablar libremente a los andaluces.







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