No se llame a engaño: esto de “no enturbiar la alegría del día” no lo he sacado del devocionario del Padre Peyton, ni del calendario de un restaurante chino, ni tampoco de un sobrecillo de azúcar. Esta apelación al Buen Rollo Universal tampoco es de la Madre Teresa de Calcuta ni de uno de esos jefes indios que mencionaba Zapatero cuando iba muy puesto de su propia mismidad. La frasecita de marras tiene copyright andaluz puesto que su autor fue el, en tiempos, presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Y es que eso fue lo que dijo el ahora ex presidente a una reportera durante la fiesta-celebración de la llegada de la A-92 a Almería con una década de retraso. Estábamos en 2002 y la Junta de Andalucía hizo desembarcar su boato inaugural en un anchurón próximo a la nueva autovía, descubriendo un monolito y sirviendo canapés para festejar que la carretera que según la propaganda oficial iba a “vertebrar a Andalucía” había aislado a nuestra provincia durante diez años. Como toda respuesta a la pregunta directa de “si había algo que celebrar”, el entonces presidente salió del paso pidiendo que no le tocásemos las narices, pero expresándolo en lenguaje poético. Siempre es más fácil contar el pasado que predecir el futuro, pero créanme que no me equivoco mucho si les anticipo que la Junta de Andalucía podría repetir jugada para celebrar que la variante de Albox, prometida en 1986, esté finalizada antes de las próximas elecciones de marzo de 2015. Llámenme loco, pero detecto entre los dirigentes socialistas almerienses muchas ganas de intentar convertir este indecente retraso en “una prueba palpable del compromiso de la Junta de Andalucía con los intereses de los almerienses y las almerienses de toda la provincia y el provincio”. Sí, ya sé que resulta impresentable alardear de semejante modo por un incumplimiento tan flagrante pero, por si acaso, vayan preparándose que vienen curvas.
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