Cabos sueltos

Quienes diseñaron la defenestración de Gómez no contaron que Zapatero también quería jugar la partida

Fermín Bocos
21:48 • 16 feb. 2015

No todo no parece estar atado y bien atado tras la destitución de la ejecutiva del PSOE madrileño. A medida que vamos conociendo nuevos detalles de la operación para descabalgar a Tomás Gómez -en la idea de imponer otro candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid- se constata que desde la dirección del partido no controlan todos los elementos de la reacción desencadenada por el golpe de autoridad dado por Pedro Sánchez. Cuando se filtraron las primera noticias dando detalles del descabezamiento de la cúpula del socialismo madrileño, César Luena, secretario de organización del PSOE, habló de encuestas en las que se reflejaba el escaso respaldo electoral con el que contaba Tomas Gómez.


En paralelo y pese a no ser militante socialista empezó a circular el nombre del ex ministro Angel Gabilondo (San Sebastián, 1949) como el candidato ideal según la estimación del equipo de Pedro Sánchez. Equipo que cuenta con un inopinado asesor: Alfredo Pérez Rubalcaba, antiguo y derrotado secretario general del partido. Todo parecía encajar. Incluso la supresión del trámite de celebrar elecciones primarias para elegir al candidato*"por falta de tiempo dada la cercanía de la cita electoral del próximo 22 de marzo", según el decir de Rafael Simancas presidente de la gestora que se hizo cargo de la cosa tras la destitución de Gómez. Quienes diseñaron la defenestración de Gómez y su equipo, no contaban con que Rodríguez Zapatero que dispone de mucho tiempo libre (la canonjía del Consejo de Estado son dos tardes a la semana y hay semanas que ni eso), también quería jugar la partida. Echando mano de los estatutos del partido, la leonesa Amparo Valcarce (Fabero, 1956) ex secretaria de Estado con Zapatero, ha dado un paso al frente postulándose como candidata a la Presidencia de la CAM. Es una persona seria con fama de trabajadora que ha dicho que no la importa mojarse porque lo hace desde el compromiso. Parafraseando el título del último libro de aquél gran cínico ilustrado que fue Enrique Tierno Galván y visto que Angel Gabilondo había puesto como condición para aceptar ser candidato no tener que competir en primarias, parece que la operación de Pedro Sánchez tiene todavía unos cuantos cabos sueltos.







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