Garantía de cambio

“Sería una desgracia nacional que los socialistas renunciaran a lo que ha sido su núcleo doctrinario”

Kayros
23:36 • 18 feb. 2015

Entre los avatares negros del Partido Socialista de Madrid, fecundo en percances y tropiezos demoscópicos, está aquello que se llamó el “tamayazo”. Un par de socialistas, sobornados al parecer por la ejecutiva madrileña del PP, le dieron el voto a Esperanza Aguirre, con lo cual se iniciaba el reinado de la derecha en la capital de España. No fue el único sinsabor socialista. Los frecuentes desencuentros entre las distintas facciones arrancan ya desde los tiempos de Felipe González y Guerra, luego Borrell y Almunia, y por último Tomas Gómez y Pedro Sánchez, pasando por la inesperada ascensión seguida de estruendosa caída de Zapatero. En total son veinte años sin tocar poder en Madrid poniendo encima “palos en las ruedas” del partido, como ha dicho un editorial de prensa. Estamos hablando del PSOE, uno de los pocos encuadramientos que podrían ponerle freno al PP con garantía de cambio real y con posibilidades de gobernar desde la socialdemocracia. No va a ser fácil, claro. Estamos a casi un mes de las primeras elecciones. La discusión arrecia ahora con tres candidatos. La sombra de Tomas Gómez es alargada y para colmo la PSM sufre ahora una crisis de identidad. Hay quien dice que si Pedro Sánchez no hubiera destituído a Tomás Gómez estarían hoy criticándole los barones por quedarse quietecito bajo la tormenta. Para la secretaría general es posible que el remedio llegue tarde pero, reconozcan conmigo, que al menos algo había que hacer. Sería una desgracia nacional que los socialistas renunciaran a lo que ha sido su núcleo doctrinario durante más de ciento treinta años: la lucha por la igualdad, la defensa de lo público frente a las privatizaciones de la derecha y, especialmente, en esta hora nuestra, la asumpción del trabajador golpeado fuertemente por los recortes impuestos por la crisis del capitalismo. Además, el escenario ya no es el que conocemos después de la transición democrática. Por la izquierda del mismo PSOE avanz , como Gerard Dale, otro partido tumultuario y pretórico de jóvenes que piden un lugar en la existencia, al mismo tiempo que un centro derecha, que ya no es el PP, quiere dejarse ver y oír como ciudadanos. El PP ya ha reaccionado diciendo que no hay que nombrarlo siquiera y, si se hace, mejor en catalán. En resumen: como ven, todo está preparado para un cambio. Veremos de qué cambio se trata y por qué.







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