Pactos y otras dificultades

Tampoco hay que entrar gritando y exigiendo. Ciudadanos y Podemos se han dado una orgía de masas creyendo que tienen el poder. Se les nota que son nuevos y que aún no están lo suficientemente entrenados para la coalición, el trapicheo y el diálogo. Como ha escrito Miguel Ángel Aguilar, ninguna formación política quiere la coalición para evitar que se conozca quién es antes de los comicios municipales del domingo 24 de mayo. No me gusta la arrogancia de Ciudadanos exigiendo, de entrada, que si no echan a Chaves y Griñán no se molestarán en coger el teléfono. Tampoco reflejan la humildad del vencido las exigencias programáticas de Moreno pese a su batacazo electoral. Respecto a Podemos la concertación se presenta aún es más difícil no solo porque buena parte de los militantes proviene de los socialistas, sino porque el bipartidismo,que parece haber llegado a su fin, hace pensar a Pablo Iglesias que PP y PSOE son una misma cosa. Por todas estas razones y algunas más que se me escapan, Susana está decidida a gobernar en solitario sin detrimento de llegar a acuerdos puntuales. Me pregunto qué quiere en el fondo la izquierda. ¿Vivir en la trifulca permanente? ¿Darle la razón a la derecha cuando piensa que el tactismo no va a ningún sitio? ¿Olvidar que lo primero son los intereses del pueblo y no los del partido ? Por no pactar, Rosa Díaz está ahora a punto de quedarse sola. Y de la misma manera Andalucía en su conjunto puede transformarse en un reino de Taifas materialmente ingobernable. Como no podía ser menos, se recuerda ahora el alto riesgo que corrió Chaves en el período (1994-96) cuando la oposición sumaba más votos que el Gobierno, lo que transformó la gobernanza andaluza en un sainete a la italiana, con continuas comisiones de investigación y demás tácticas dilatorias. El pueblo tomará seguramente buena nota de aquellos que desean servirle y también de los que se valen de él para alcanzar el poder. Estando muy clara la voluntad del pueblo, cualquier discusión sobre los pactos queda igualmente fuera de lugar y lo primero es lo primero.