La Semana Santa puede suponer un buen momento para visita el Area de Reserva de Las Salinas porque su valor como espacio natural es enorme y la belleza indescriptible. La superficie aproximada de estas Salinas, muy próximas a La Almadraba y La Fabriquilla, es de unas 500 Ha. El proceso de extracción de una sal, que siempre se caracterizó por su gran calidad, se inició en 1923 aunque hace miles de años encontramos amplias albuferas que poco a poco se fueron colmatando con los aportes erosivos de las aguas y los fuertes vientos de poniente. Los fondos de la superficie inundable, se desarrollaron sobre depósitos marinos. El agua llega a través de un largo canal que desde los llamados Motores (situados sobre la playa del Ancón ) conecta con Las Salinas. Este sistema de abastecimiento, basado en el bombeo de agua del mar, se completa con aportes de agua subterránea y escorrentías provenientes de las ramblas. Quiero destacar la vegetación a base de Juncos, Tomillar y Prado, así como densos Carrizales y diminutos Tarajes que son las que mejor resisten el elevado índice de sal y humedad que caracterizan a estos suelos. Las algas completan este paisaje formando un denso manto que sirve de hábitat a los típicos Caramoños, tan empleados en la pesca.
Sin lugar a dudas, lo más espectacular son las más de 80 variedades de aves que han sido reconocidas por su presencia en Las Salinas. Destacan las siguientes especies: la Avoceta, rara y escasa en Europa, que se adapta muy bien a estas aguas poco profundas y la distinguimos con facilidad por su característico pico curvado hacia arriba; la Gaviota, que se distribuye por todo el Mediterráneo y cuya población aumenta sin cesar. Se alimenta principalmente de peces y se distingue por su color grisáceo claro, patas oscuras y pico rojo; la Cigüeñuela que llega en primavera y permanece durante toda la época estival es también muy abundante; el Chorlitejo patinegro, presente todo el año, coloca sus nidos por toda la orilla y por las dunas fósiles y terrenos pedregosos cercanos; y, sobre todo, los magníficos y bellísimos Flamencos, cuyo nombre procede de la mítica “Ave Fénix”que, según los griegos, era capaz de resurgir de sus cenizas. Son dignas de contemplar las alas de color rojo escarlata y llaman la atención el elegante y largo cuello, así como sus patas. Este Flamenco Rosado o Europeo goza de un alto nivel de protección a nivel internacional y se concentra en el verano en número muy elevado en las charcas de estas Salinas de Cabo de Gata. Aconsejamos realizar un itinerario peatonal que consiste en la circunvalación del complejo salinero.
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