Toma y lee, mi alma

“Todavía hay millones de seres humanos que nacen y mueren sin leer un libro”

Kayros
01:00 • 23 abr. 2015

Hoy, 23 de abril, se hablará seguramente del libro. Acudirá a las tertulias Cervantes, tal vez Juan Goytisolo. En la Rambla aparecerán las casetas llenas de material bibliográfico y a la zaga de su huella cultural, toda esa gente que trabaja, sueña y malvive en torno a la Galaxia Gutenberg: editores, libreros, publicistas, autores. Tal vez se repita una vez más el sonsonete aquel de que hace falta leer mucho. Huyamos de las personas de un solo libro. Tengo sobre mi mesa una edición de la Biblia junto a otra del Corán. Hay días que echo un vistazo a la historia pasada y con temor y temblor medito. Hoy mismo no se me va de la mente la tragedia de esos cristianos que han sido tirados por la borda por invocar a su Dios a dos pasos del naufragio. Leamos, leamos muchos libros. En ellos están tanto las esperanzas de los hombres del futuro como sus lamentaciones por las derrotas del pasado, y es en la historia pormenorizada del progreso donde podemos ver dibujado el camino a seguir. Libertad, democracia, respeto a las ideas del otro, pasión por conocer el mundo. Solo quienes leen se dan cuenta de la desgracia de los analfabetos. Son como ciegos. A pesar de los programas educativos y el afán universal de la Unesco, todavía hay millones de seres humanos que nacen y mueren sin leer un libro. Esto es tan grave como ignorar la electricidad en las nuevas tecnologías. No deja de ser triste que nuestros gobiernos tengan que inventar un Día como el de la diabetes o el autismo para recordar que los libros también molan. Y ello después de subir el IVA al 21% para los productos culturales. No se entiende. A veces nos quieren consolar con la idea de que Cervantes engendró el Quijote en la cárcel o que no estamos solos después de pasar más hambre que un maestro de escuela. Pero en el pecado va la penitencia. Hay que ver lo que se pierden quienes se quedan sin conocer a los héroes de la Ilíada, o de lo que hizo Colon en el Descubrimiento, o de lo que pensaron nuestros místicos del siglo de Oro. Lector, cuando la realidad se te haga insoportable, coge un libro. Puedes trasladarse a los Mares del Sur por unas perras, puedes convivir por unos días con los descubridores del Polo Norte, puedes, en fin, gozar aventuras nunca experimentadas.¿Y aún dices que es caro un libro? Toma y lee, mi alma.







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