Agujeros y simas de transparencia

Decía Mark Twain que pocas cosas son tan difíciles de soportar como un buen ejemplo. La condición humana es así, por mucho que al final de los partidos vencedores y vencidos intercambien camisetas y carantoñas. En este sentido, parece normal que el Grupo Municipal del PSOE haya anunciado la participación del alcalde socialista de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, como estrella invitada a un acto de campaña que han dado en llamar, con ese tono de sencillez y llaneza que caracteriza a los muñidores de la campaña socialista, “Conferencia Política”. Las razones de la invitación a esta “cumbre” las explicaba la portavoz municipal, Maricarmen Núñez, diciendo que “no era casual” la participación del inolvidable ministro bicéfalo que enredó aventuras y desventuras de espías con Luis Roldán. Pero no nos desviemos. La asistencia de Belloch se explica, según el PSOE almeriense, por “el ejemplo de transparencia de su Ayuntamiento”. En fin, ya saben que si antes todo tenía que ser “sostenible” ahora todo tiene que ser “transparente”. Otra cosa es que la transparencia sea otro de esos inventos que hacen vivir a un bueno número de “expertos” que venden su bendición a quienes creen que enarbolar marchamo de transparencia oficial les faculta y les impulsa. Allá ellos, pero recuérdese que el Ayuntamiento de El Ejido también encabezaba escalafones de transparencia en tiempos del también inolvidable Enciso. En todo caso, lo que no dicen en el PSOE almeriense es que el ejemplar alcalde Belloch ha sumido al Ayuntamiento de Zaragoza en un agujero económico de ¡362 millones de euros! Más que una suma, una sima. ¿Es este el ejemplo que buscan para Almería? La única explicación posible es la teoría de los agujeros negros o puertas dimensionales: Pérez Navas, autor del agujero del parking de Obispo Orberá, recurre a Belloch, responsable del agujero del consistorio zaragozano. De agujero a agujero hasta las transparencia final.