Este mediodía se inicia el debate de investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. La candidata expondrá el programa político del Gobierno que pretender formar y solicitará la confianza de la cámara. Mañana, serán los portavoces de los cuatro grupos con representación parlamentaria, de menor a mayor número de escaños (IU, Podemos, PP y PSOE), quienes expondrán sus posiciones. Por la tarde se realizará la votación.
En esta primera votación, para que Susana Díaz sea proclamada presidenta, necesita mayoría absoluta de votos, o sea, contar con el apoyo de los diputados de PP, Podemos o Ciudadanos. Como es presumible que no contará con este apoyo, el jueves los diputados tendrán que volver a la cámara para realizar una nueva votación. En este caso, Susana Díaz sería investida presidenta con mayoría simple.
Descartado el voto afirmativo de los grupos políticos, excepto del propio, esta nueva mayoría sólo la podrá conseguir Susana Díaz si se abstiene el PP o Podemos y Ciudadanos juntos. Si no se produce ninguna de estas circunstancias, se realizarían nuevas convocatorias del Parlamento que serían sin debate y solo para la votación. Si, transcurrido el plazo de dos meses desde la primera votación, la candidata no hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y la presidenta de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones.
Éste es el calendario. Y ésta es la pregunta obligada: ¿superará Susana Díaz la investidura o nos veremos los andaluces abocados a nuevas elecciones? No, no habrá nuevas elecciones. Susana Díaz será investida presidenta de la Junta de Andalucía. La cuestión está en saber cuándo y con qué abstenciones. De las dos opciones posibles –recordemos: abstención del PP o abstención de Podemos y Ciudadanos-, todo parece indicar que será gracias a la abstención de los partidos de Pablo Iglesias y Albert Rivera.
Las conversaciones con Ciudadanos han dado un giro radical este fin de semana. El PSOE se ha comprometido a asumir su decálogo anticorrupción. Además, la presidenta asumirá en su discurso de investidura algunas de las medidas propuestas por C’s en materia económica y contra el paro. Es muy posible que ambos partidos suscriban con toda solemnidad un acuerdo conjunto en este sentido.
Ahora bien, no es suficiente la abstención de los nueve diputados de Ciudadanos. Se necesita también la abstención de los 15 diputados de Podemos. ¿Y ello es posible? Sí, es muy posible. Podemos ya ha dado por buena la retirada política de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Ahora exige que la Junta retire los depósitos de bancos que no frenen los desahucios y que haga una reducción drástica de altos cargos. Se busca la manera de formalizar estas demandas dentro de la ley.
¿Y si finalmente Podemos no se abstuviera? Pues queda otra puerta que también se puede abrir: la abstención del Partido Popular, antes o después de las municipales. Juan Manuel Moreno Bonilla, en un primer momento, ofreció a Susana Díaz la abstención de sus diputados si PP y PSOE formalizaban un acuerdo de dejar gobernar en los municipios al candidato de la lista más votada. Rechazada de plano por el PSOE, de aquella propuesta nunca más se supo.
Mariano Rajoy ha transmitido de forma fehaciente que bajo ningún pretexto va a permitir que se repitan las elecciones en Andalucía. Lo menos que quiere ahora el presidente es otro caso de inestabilidad política. Los ‘populares’ andaluces van a pregonar el ‘no’ una y otra vez. Pero, al mismo tiempo, en el PP dan por hecho que si Podemos y Ciudadanos no le abren a Susana Díaz las puertas de San Telmo, serán ellos quienes se las abrirán. Dejar gobernar a quien ha ganado unas elecciones si no se configura una mayoría alternativa es una cuestión de pura responsabilidad. De sentido común, que diría Rajoy. De personas normales, vamos.
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