¿Con quién hablo?. Una voz con acento desconocido inquiere en el auricular del teléfono fijo. Menuda incorrección, adiviné. En todo caso quién debe preguntar por la identidad de la llamante soy yo. Pero no ha lugar; el tono imperativo de la femenina voz comunicante prosigue: “¿ Quiero hablar con el titular de la línea de teléfono?”. Como si quiere hablar con el quiosquero de la esquina, pensé por un instante, pues quien asalta la intimidad de mi casa, quien irrumpe en mi tiempo y altera mi agenda personal es usted, por lo que quien ha de preguntar en primer lugar soy yo. Aclarados los roles, la comunicante me dice que es de la compañía tal y que no entiende por qué lo he dudado. De inmediato me asegura que llama porque he resultado seleccionado para recibir una tentadora oferta con un paquete de línea de adsl de gran potencia, teléfono fijo, acceso a dos líneas de móviles, un smartphone y una tablet de regalo, con un ilimitado número de llamadas tanto a terminales fijos como a móviles, sin compromiso de temporalidad..!ah¡, y todo ello con unas condiciones económicas más beneficiosas que las de mi contrato actual. De inmediato digo que no, pues ya me toca bastante el harpa que por no sé que medios la teleoperadora de turno, que probablemente es la que menos vela tiene en este asunto, me asegure conocer mis gastos telemático y en telefonía. No sin buenos modales expreso a mi anónima interlocutora que soy un tipo raro y que prefiero tramitar por propia iniciativa las contrataciones, cambios o modificaciones en mis herramientas de comunicación, y que me decanto más por la honestidad –no la suya personal, de la que no dudo-, por lo que agradezco de manera especial que no me la peguen como a un lelo. Prefiero que me ofrezcan el paquete de servicios más malo que haya, la línea con la velocidad más lenta, la más cara, la que no dispone de ninguna ventaja y, además, la que yo no podré instalar nunca con mis propios medios. Todo lo que quieran, pero que no me traten como a un idiota más a quien hay que engañar un día si y otro también. Y por favor, que no usen el teléfono para semejantes impertinencias.
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