Decentes e indecentes

Vuelvo a ver en la dos “El último tren a Auschwitz”, del veterano director Josep Vilsmaier, esa magnifica cinta que retrata con un realismo espeluznante la horrorosa historia de los cerca de setecientos judíos que viajaron, hace ahora setenta años, en los infectos vagones del último  convoy desde Berlín a Auschwitz , y en los que tras padecer cruentos sufrimientos cayeron de inanición, enloquecieron o fueron asesinados por las sanguinarias prácticas nazis. Absorto en la trama del largometraje me viene a la memoria el libro “El hombre en busca de sentido”, de Víktor Emil Frankl, quien relata en el mismo sus experiencias, también en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau.  El psiquiatra austriaco llega a una conclusión que me hace recordar otro episodio acaecido hace unos años en el Everest, en donde el alpinista David Sharp murió después de agonizar ante el desfile de la prisa triunfadora de una cuarentena de escaladores que no podían detenerse a auxiliarle para no perder  tiempo y ver frustradas sus aspiraciones de llegar a la cima del techo del mundo. Bueno, sí hubo un sherpa que se detuvo e intentó prestar auxilio sin éxito al herido, que finalmente falleció.

Campo de concentración El neurólogo vienés confiesa en su obra que tras su paso por el campo de concentración nazi descubrió que solo existen dos tipos de hombres: la de los decentes y la de los indecentes. Los primeros jamás se plantean obtener provecho de los demás, ni piensan engañarlos para lograr aumentar sus riquezas, ni menosprecian los méritos y valores de las demás personas para sobresalir sin merecimiento alguno. Los indecentes actúan de manera totalmente contraria. Tan solo el sherpa del Everest actuó como un ser decente, frente al resto de escaladores que despreciaron la vida de su colega, pues lo más importante para los decentes es ser justos con todos. De los  responsables públicos salidos de las últimas elecciones cuántos habrá que actúen  como el sherpa y cuántos imitarán a los inhumanos escaladores. ¿Habrá decentes e indecentes?.