Ciudadanos no quiere enseñar la patita por debajo de los pactos

Son conscientes los riveristas de que los pactos en los pueblos o en las pequeñas capitales, caso de la nuestra, no tendrán una amplia repercusión en los grandes medios nacionales, por lo que las expectativas de cara a las generales, que es lo que le interesa a Albert, no se verán recortadas o eso esperan ellos. La última “ocurrencia”, como llamaba el director de nuestro periódico el pasado domingo a la política que estamos viviendo es la de que todos los grupos se abstengan en la votación de investidura de Susana y después hacer un frente duro de oposición. Esto lo dijo el señor Marín de cara al gobierno andaluz, pero nos podría servir para las alcaldías de Almería o Roquetas. Lo manifestado por el señor Marín no es una ocurrencia, es una solemne memez. ¡Joder con la tropa que ha recalado en las trincheras de Rivera! Nos creíamos que sólo era el nuestro el de las ocurrencias y memeces, pero vemos que no, que en la escudería de Albert se ha dado cita lo más granado de nuestra excelsa idiosincrasia nacional.

Albert Rivera no quería que el señor Marín enseñase la patita de Ciudadanos en el Parlamento Andaluz y sale el caballero con la sandez de que se abstenga toda la oposición en bloque. Y los demás, tontos de capirote, iban a hacerle caso. Por dios, en qué manos políticos nos hemos puesto. Miguel Cazorla se ha salvado de ésta, no lo ha dicho en Almería, menos mal, y me parece que ya no tiene tiempo para ello, pero se imaginan lo que le dirían desde las filas del PSOE o de IU ante propuesta tal. De alcornoque para arriba, oiga. Buena madera la del alcornoque. ¿Y Roquetas? Si se le ocurre algo parecido al riverista de Roquetas lo corren a gorrazos por la variante aún por construir.

Pacten de una vez. Enseñen la patita, si no se la vamos a cortar. Se entiende mejor un pacto, cualquiera, pues legales son, que estas salidas de pata de banco que nos vienen ofreciendo cada día. Están en su derecho a pactar lo que les dé le gana y con quien, para ello les dimos los votos, por lo que dejen de esconderse y de marear la perdiz y propongan gobiernos con la miras puestas en la defensa de los que pagamos sus buenos sueldos. Creíamos que los emergentes no iban a ser tan políticamente correctos, no nos dimos cuenta de que eran viejos conocidos y que hacían los cestos con los mismos mimbres.