El “tamayazo”

Un periodista ha descubierto estos días la persona de Tamayo, el que diera infame nombre al” Tamayazo”. Hace pocos días iba por Madrid y, a las preguntas del colega, respondió que él no vivía de la política. Para quien no lo sepa, digamos que en una situación como esta de hoy en que puede gobernar la izquierda en la capital de España, este desalmado miembro del PSOE traicionó a su partido y entregó su voto- suponemos que bien retribuído- al PP. De aquí arranca la ascensión política de Esperanza Aguirre y su poder en la Comunidad madrileña, ¡Quién podrá medir ahora las cosas buenas y malas que se han hecho o se han dejados de hacer por culpa de ese voto vil! Si el culpable afirma no vivir de la política, millones de individuos han tenido que sufrir las consecuencias de su traición. Tamayo y su compañera entran así a engrosar la historia de los traidores desde Judas Iscariote a Mercader pasando por Bellido Dolfos y el Dioni. Dicen que aún no están muy claras las razones ocultas del hecho que re cuerda la historia de César y Bruto, pero en síntesis es lo mismo: se trata de una metafórica puñalada por la espalda que cambia muchas cosas. Dicen que si la reina de Egipto hubiera tenido la nariz más fea, quizá hubiera cambiado la historia de Occidente. De no cambiar su voto el cambiante Tamayo, probablemente sería hoy muy distinto lo que sabemos sobre la corrupción en Madrid. Y ustedes dirán a qué viene esto habiendo pasado ya tanto tiempo de aquella villanía. Se lo cuento: El poder es una droga. Han intentado casi todo: Repetir las elecciones del 24 de mayo,han hecho combinaciones contra natura con tal de que Carmena no sea alcaldesa de Madrid, ven el apocalipsis hasta en las farolas madrileñas y no saben vivir sin la mayoría absoluta, digo yo que a ver si alguien estuviera tentado, por odio o por unos cuantos millones, hacer lo mismo que Tamayo porque entonces entraríamos en otro ensayo de la Guerra Civil. Esto no se acaba nunca ¿no les parece?