Cosillas del cambio

Kayros
22:51 • 23 jun. 2015

Si tan mal ha sentado que el PSOE pacte con los radicales, ¿qué esperaban? ¿Acaso que lo hiciera con Rita Barberá , la de “la hostia, la hostia”? ¿Tal vez con Esperanza Aguirre o Dolores de Cospedal? Quizá el PP ganara numéricamente las elecciones, pero con los dos millones y medio de votos que se esfumaron el 24 de mayo, tampoco era para rifárselo. Así que hubo que tentar la suerte con Podemos y Ciudadanos, las dos fuerzas nacidas del descontento social que dejó el PP. El cambio trae algunas cosas dignas de mención. Por ejemplo, un alcalde gaditano que asiste a los desahucios. A la vista de que no puede pararlo promete pagar él mismo la hipoteca de la familia. El banco, el propietario o quien fuese le dicen que no se trata de dinero. Y digo yo, entonces ¿para qué tanto lío? Menudo espectáculo. Otra buena noticia del cambio es el sueldo de los nuevos alcaldes. Por fin hemos topado con algunos modestos individuos que lo primero que piensan es bajarse los honorarios. Conocen el paño. En comparación con lo que ganaban sus excelentísimos predecesores, éstos parecen empleados de la RENFE . En la derecha siempre hubo un concepto aristocrático del poder. Hay quien piensa que el mando les viene por derecho hereditario. De ahí que se rían un poco de los nuevos ediles que llegan al ayuntamiento en bici y venden el coche blindado del alcalde anterior. No tienen clase, dicen en sus elitistas reuniones. Ya se ve que no tienen pátina de señores. Lo que tienen los nuevos es más vergüenza comunitaria. A Manuela Carmena que ha visitado grandes bancos para ver si es posible un dialogo amistoso con el capital, le falta tiempo para hacer un Madrid más acogedor y humano.. Promete a los madrileños que tendrán noticias concretas del dinero que gasta el Ayuntamiento. Si éste no es un nuevo estilo de gobernar que venga Bárcenas y lo vea. Como dijo la Mestre, apenada sin duda por sus locos deslices adolescentes, a los nuevos c argos “nos miran con lupa”. Es lo menos que podía esperar quien no le viene de familia el poder municipal. Llegan en tiempos de mucha hipocresía, pero es tan honesto y tan profundo el cambio de la izquierda que solo en toros y en conciertos del Teatro Real se pueden ahorrar una pasta, El pueblo de Madrid lo ha de comprender.







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