Tiempo variable

 Leo estos días el último libro de Rafael Sánchez Ferlosio, “Campo de retamas”,(2015) texto compuesto con lo que el autor llama “ Pecios”, breves apuntes entre el humor, el lirismo, la ironía y el pensamiento histórico-filosófico. En realidad pecio es el “ resto de la nave naufragada o de lo que iba en ella”. Entre lo que llevo leído me ha llamado la atención este breve poema titulado El farsante . Dice así: -- El futuro llama a la puerta.—Pues que pase, que haga lo que sea y que se largue. (Pasan días, meses, años y el tipo no se va)-- Es que ha venido para quedarse. – Entonces, esa es la maldición”. Hay muchos farsantes en todos los órdenes de la vida pero más en la política que es la quintaesencia del arte trilero aplicada a la obtención del voto. Aquí se habla mucho del futuro pero éste nunca llega, las promesas no se cumplen y ante la desilusión de la gente siempre podemos echar mano de las variaciones del tiempo. Siempre mañana y nunca mañanamos, dijo el clásico. Y el sabio cinismo de Tierno Galván se aproximó al tema con una sinceridad que casi ofende: “Las promesas electorales están para no cumplirlas”. Nunca habíamos visto a Rajoy más excitado que cuando en el senado ayer quiso afearle la conducta, a Pedro Sánchez por haber dichos varias veces que no pactaría con Podemos. ¿Se puede saber qué le pasa al presidente? ¿Es un sec reto que los partidos- todos los partidos- durante la campaña se muestran intransigentes con el contubernio de mercadillo, principio que por otra parte no suelen cumplir luego cuando se conocen los resultados de las urnas? Esa es la maldición de la que habla Ferlosio . No se puede hablar del futuro cuando éste ha llegado para quedarse, quiero decir para no moverse. No hay otro partido que abuse más del tiempo variable que el PP, quizá sea por la responsabilidad de gobernar.La recuperación es un adelanto prospectivo de lo que viviremos años después del suceso. Comenzamos a vivir la bajada de impuestos solo porque se acercan las elecciones. Y los funcionarios recobran sus poder adquisitivo a pesar de las advertencias de Montoro. ¿Qué pasará si el PP no gana las elecciones? El cuento de la Lechera ilustrará de nuevo nuestras horas de sueño sin sueño. Jugar con el futuro entre profesionales del cambio y recambio es cuando menos peligroso.