Finalmente se descubre el Caso ERE  

En 1513 no existían las redes sociales, ni los medios de comunicación social que hoy manejamos a diario. Por eso no tenemos constancia de todo lo que sucedió en la mañana del 25 de septiembre de ese mismo año en los altos de la cordillera del río Chucunaque, en el actual Panamá, cuando un grupo de españoles liderados por Vasco Núñez de Balboa avistaron por primera vez el Océano Pacífico. Y aunque no existen testimonios gráficos del histórico momento, no es difícil imaginar la guasa de los indios de la zona al ver la emoción y el descomunal alborozo de los conquistadores por descubrir algo que ellos llevaban viendo toda la vida sin darle la menor importancia. Pues algo parecido está pasando en el Tribunal Supremo con el caso de los ERE y la reciente inculpación en el mismo de los ex presidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. ¿Ha sido necesario que pasen tantos años y 130 folios de exposición para concluir –como ha hecho el magistrado Alberto Jorge Barreiro- que los gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía han cometido “auténticas ilegalidades” (sic.) para agilizar la concesión de ayudas sociolaborales y facilitar que la entrega se hiciera con “discrecionalidad y arbitrariedad” (sic.) ? Vamos, que el señor juez ha descubierto algo que muchos llevábamos viendo años. Cualquier nativo andaluz comprende y sabe que una administración tan jerarquizada como la Junta es incapaz de promover y permitir una red interna de saqueo delictivo de fondos públicos sin el conocimiento, cuando no la indicación, de sus máximos dirigentes. Es de todo punto de vista inconcebible la teoría de los subalternos díscolos que se montan por su cuenta una estructura de robo y eliminación de pruebas sin que sus jefes directos sospechen nada. Sostener este argumento, que por otra parte rebaja el nivel cognoscitivo de los cuadros de mando de la Junta a niveles de discapacidad severa, es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos o, si lo prefieren, hacer el indio.