Los resultados electorales de las elecciones generales en la provincia de Almería, han dado siempre como resultado la presencia de diputados de las dos fuerzas mayoritarias. Esto no es una casualidad, es el resultado de una pensada ley electoral para las circunscripciones provinciales. Un sistema que proporciona una representación de las mayorías y no proporcional. Así, numerosos votos a otros partidos dejan de tener valor. Lo mismo ocurre en otras muchas provincias con escaso número de diputados. Por ello, después de comprobar el éxito que han tenido las candidaturas encabezadas por figuras significativas de la sociedad civil, arropadas por la unión de partidos y movimientos sociales, parece obvio que ese sea el camino a seguir. ¿Puede hacerse esto en Almería?
Considerando que el PSOE o PP no se embarcarán en movimientos de este tipo, llamados de Unidad Popular, queda por tanto un ámbito, situado a la izquierda del espectro electoral, que podría obtener al menos un/a diputado/a en el Congreso. Eso significa que habría que organizar una convergencia de todo este segmento político alrededor de una persona que tuviera un prestigio civil atractivo para toda la provincia, que no haya tenido el estigma de haber intervenido en política, pues desgraciadamente estaría señalada. Pero:¿Dónde está nuestra Manuela? Otra solución desde la base, consideraría un acuerdo de unidad de partidos y movimientos sociales con programa común y elecciones primarias para designar la candidatura. Eso se ha intentado para las municipales hace meses y constituyó un sonoro fracaso. No creo que los de siempre se unan como nunca lo hemos hecho.
Después de las declaraciones de Pablo Iglesias, publicadas por Diario Público, un día después de su reunión con Garzón, cuyo contenido significa uno de los mayores desprecios a la izquierda roja española que se han emitido en muchos años, parece que no se podrá contar con Podemos, una fuerza que en las últimas elecciones sacó en Almería un solo parlamentario andaluz, votos insuficientes para optar al Congreso.
A pesar de las buenas intenciones de IU, para conseguir la suma con Podemos, se vislumbra una candidatura de los del PCE y compañía que pretenda ser una frustrada convergencia con nombre cambiado, lo que llevará lentamente a la desaparición de IU, que no de la Izquierda.
Algunos seguiremos votando a esa imposible unidad popular que pretendía una alternativa a las desigualdades crecientes. Y es que “el coletas” tiene razón maligna al decirnos que les dejemos en paz con nuestra bandera roja porque ellos no son de izquierdas ni de derechas, son de Luis Aragonés para ganar y ganar y volver a ganar. Nosotros somos los “cenizos políticos en nuestro pesimismo existencial”. La “vieja izquierda” ya se sabe…
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