Las sentencias diez años después no se pueden considerar justicia

Juan Torrijos
23:19 • 19 jul. 2015

Hemos conocido en estos días dos sentencias que vienen de los años dos mil cuatro y dos mil cinco. La primera es condenatoria, la segunda absolutoria. La primera afecta a un ex-alcalde de Arboleas, Antonio García, al que se le condena a cuatro años de inhabilitación de cargo público. Muy poco le debe importar en este momento al señor García la medida contra él tomada once años después. Por el forro de sus caprichos. La segunda afecta al inefable Cándido Trabalón y a siete de sus concejales. Esta viene por la licencia de catorce viviendas en el año dos mil cinco. Diez años. Y les absuelve a todos. ¿Creen de verdad que diez años después es hacerles justicia? Muchos de los ediles abandonaron la política por la querella interpuesta, otros han perdido la posibilidad de seguir en la alcaldía ante la sombra de corrupción que campa en su entorno. Y diez años después, diez, viene la justicia y les exonera, les dice que ellos no tienen la culpa de nada, que son inocentes. 


¿Quién les paga a estos ciudadanos por los diez años pasados en la picota de la corrupción? ¿Quién les paga por los servicios públicos que no han podido ejercer, por las oportunidades perdidas para ellos y sus familias? El informe que resuelve el caso de Zurgena a favor de Cándido y compañeros se conocía desde el primero momento, formaba parte del expediente a la hora de dar la licencia para construir. ¿Y con ese papel en la mano se tarda diez años en dar una sentencia? Sí, estoy de acuerdo, señorías, tienen ustedes mucho trabajo, más del que pueden sacar adelante y cobran bastante menos que los políticos, pero si la responsabilidad de los políticos la pagan nuestros bolsillos, la de ustedes es más grave, afecta a la vida familiar, social y diaria de los ciudadanos y de sus familias. Y eso, cuando se es inocente, no hay dinero que lo arregle. Y ustedes lo saben.


Otras sentencias tiene pendientes don Cándido Trabalón, y lo mismo en alguna de ellas se demuestra que metió la mano y lo que no es la mano, pero estaremos hablando de lo mismo ¿creen de verdad que diez años después una sentencia viene a ser justicia? Más bien no. Pero nos toca aguantarnos. Los políticos son los que tenemos y la justicia es la que hay. Como las lentejas, son ustedes como las lentejas. Si quieres las tomas y si no las dejas. ¡Ay, pobre ciudadano!







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