Sentido común y botellón

Nunca he entendido la Ley de la Relatividad ni muchas de las numerosas aportaciones de Albert Einstein al progreso humano, pero sí que comparto esa formulación que el matemático alemán hizo sobre el sentido común, que resumió como el conjunto de prejuicios adquiridos a los dieciocho años. Recuerdo esta idea ahora que el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, haya participado en un curso de verano de la Universidad de Almería celebrado en Purchena, sobre "Las adicciones en menores". El magistrado, que ha alcanzado gran popularidad por decir cosas cargadas de un contundente sentido común, advirtió en este encuentro académico sobre el cambio de orientación que los jóvenes están dando a las verbenas populares, que les sirven como excusa para organizar concentraciones más o menos multitudinarias con el único fin de agarrarse una cogorza. De hecho, la aplicación de la ley del botellón (esa patata caliente que la Junta de Andalucía se quitó de encima para pasársela a los ayuntamientos) ha propiciado que las fiestas de los pueblos acaben convirtiéndose en escenarios donde los jóvenes beben sin control. Sirva como ilustración el párrafo que extraigo de la información que sobre este curso publicaba en LA VOZ DE ALMERIA: “La nueva estampa típica de las verbenas son las grandes aglomeraciones de jóvenes emborrachándose.” Y eso es tan cierto como que los mayores no hemos sabido abordar este asunto desde el sentido común y lo hemos vuelto a enfocar desde el punto de vista partidista. Ahí quedan para el recuerdo las polémicas y hasta el “raid” de un comando petardista en el Pleno del Ayuntamiento de Almería que debatía el botellón en la capital. Prohibir el botellón en la Feria (medida censurada por partidos como el PSOE que hablaba de recortes en las libertades y exceso de presencia policial) fue un acierto que no sólo aplaudiría el Juez Calatayud, sino también el personal de urgencias en Torrecárdenas, hartos de atender penosos comas etílicos en chavales de la ESO. Eso es lo que entre todos debemos evitar.