Igual que no puede haber unas migas sin su correspondiente sartená de engañifa, la mesa y el mantel de la sociología de barra almeriense requiere una generosa aportación de polémicas susceptibles de generar afectos y rechazos, porque ese es el caldo de cultivo vital del ADN almeriense. Por lo tanto, en este asunto de trasladar o no el Pingurucho preveo mucha animación a la hora de aplicar esa mecánica tan nuestra de preguntar por lo que se está hablando para oponerse radicalmente o adherirse inquebrantablemente. Pero conviene recordar que el proyecto de remodelación de la Plaza Vieja y la Casa Consistorial, presentado en 2000 por la Corporación Municipal PSOE-IU (1999-2003) y la Junta de Andalucía incluía, además del compromiso de tener acabadas las obras para 2005 -coincidiendo con los Juegos Mediterráneos- la supresión del punzante monolito y su traslado a un lugar no especificado. Es decir, que aquí no puede haber novedad ni sobresalto. Es lo que pasa cuando estamos acostumbrados a tener sobre nuestras cabezas a una administración, la Junta, que ha acabado convirtiendo el incumplimiento de sus propios compromisos en seña de identidad, y a una sociedad civil, la almeriense, más blanda que la deposición de una pava. Que quince años después de presentar el proyecto de rehabilitación del aún clausurado Ayuntamiento, la noticia sea si se traslada o no un monumento derribado por un alcalde pusilánime y recuperado por otro alcalde grandilocuente, explica muy bien que el actual alcalde siga teniendo su despacho oficial cerrado y la Casa Consistorial tapada con una lona para evitarnos el bochornoso espectáculo de la ruina del principal edificio civil de la capital. No digo yo que no sea divertido discutir sobre posibles ubicaciones del erizado monolito, pero no nos quedemos en la anécdota de un asunto que, como almerienses, debería remover conciencias y glándulas, porque independientemente de dónde acabe -se mueva o no- desde lo alto de ese Pingurucho quince años de hiriente desprecio juntandalucista nos contemplan. Y eso no se mueve.
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