Plantar olivos se puede convertir en un delito en Tabernas

Juan Torrijos
22:05 • 16 ago. 2015

Siempre he creído que plantar un árbol en Almería era una necesidad. Casi una obligación. Pues va a ser que no. Plantar olivos en Tabernas, donde se produce una aceituna de una calidad inmejorable, puede ser penado por la ley y costarle el cargo político al actual delegado de agricultura, José Manuel Ortiz Bono. En una provincia con casi cien mil parados, a veces más de los cien mil, que vive fundamentalmente de la agricultura, suena rara la historia de los seiscientos mil olivos a plantar. Se alega que son terrenos forestales y que el cambio a uso agrícola se ha hecho con nocturnidad y cierta alevosía. ¿Y para qué, pregunto yo, están los señores políticos? Uno entiende que están para cambiar o adaptar las leyes a la realidad cotidiana. Pues parece que no. Están para dar toda la lata posible y poner todas las trabas legales que puedan al desarrollo de tierras y de ciudadanos. 
¿Han estado ustedes en los terrenos del famoso Pita? ¿Sabían ustedes que era “Lugar de Interés Comunitario”? Así lo declaró la Junta en su día ante un estudio realizado por la Universidad de Almería. Nadie se quejó cuando comenzaron las obras. Y cuando algún propietario vecino ha querido hacer algo parecido ¿saben lo que le han contestado? Que son terrenos protegidos. ¿Protegidos para quién? Para el ciudadano, no para los políticos, como queda demostrado en el uso que se hizo del Lic donde se ha construido el Pita. Si entonces la Junta se supo cubrir bien las espaldas con el Lic del Pita, ¿en qué se ha equivocado con el olivar de Tabernas? Con el Pita debió comprar silencios, tapar bocas, acallar conciencias. ¿No lo ha sabido hacer con el olivar? ¡Ay, Martín, lo que algunos se acuerdan de ti! Estas cosas no te pasaban, otras es posible, pero estas... No parece justo que un proyecto de plantar riqueza (seiscientos mil olivos) en la zona de Tabernas se pueda poner en peligro por un cambio de denominación de forestal a agrícola. Piensen lo que quieran, pero así nos va a los almerienses. Otra cuestión es la falta de agua. Pero no están los políticos para buscar solución a los problemas. No les pagamos y muy bien por cierto para ello. Pues que busquen el agua, que la traigan de donde sea. No la iban a llevar a Barcelona en barco desde Carboneras. Pues eso. De la dimisión de Ortiz Bono si quieren lo tratamos otro día.







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