Aunque sólo fuera por su patética comparecencia, en la que empleó más de una hora de balbucientes circunloquios para explicar lo inexplicable, el Ministro del Interior, Fernández Díaz, debería dimitir. Y de no hacerlo, el presidente del Gobierno debería cesarlo. Pero, desgraciadamente, no va a suceder ni lo uno ni lo otro. Y eso nos hace sospechar que, una vez más, los ministros actúan no solo con el conocimiento de su jefe, sino, lo que aún es peor, con el mandato de su jefe.
Rajoy, como no podía ser de otra manera, tras adelantar que no habría “nada de particular” en la comparecencia del Ministro, le respalda y aprueba que su reunión con el pluri-imputado Rato fuese discreta. Fernández Díaz, como no podía ser de otra manera, intenta salvar a Rajoy, reconociendo que le oculto la cita con Rato. De libro, pero de libro malo, porque, con la que esta cayendo y a las puertas de unas elecciones generales, marcadas por unas encuestas en que la corrupción es protagonista de las inquietudes ciudadanas, al Partido Popular le vendría mejor, electoralmente, el cese del Ministro que la sensación de impunidad con que se perciben las acciones del Gobierno, sobre todo en materia de corrupción.
Y es que los electores, zarandeados por la crisis, no soportan, lo dicen las encuestas, mas contemplaciones con esos políticos que se lo han llevado crudo, y soportan aún menos, eso lo digo yo, que se les tome por tontos de capirote.
Porque, ¿en qué cabeza cabe, que el señor Rato visitase al Ministro del Interior en busca de protección, amedrentado por los tuits que en su contra proliferaban en las redes sociales? ¿No habría sido más lógico que el Ministro hubiese remitido a “su amigo” a una reunión con el Jefe Superior de Policía que es quien realmente entiende sobre temas de seguridad y sobre necesidades de escolta? Realmente patético.
Como patética, por otro lado, fue la denuncia del PSOE antes de haber escuchado la Intervención de Fernández Díaz. ¿A qué tanta prisa? ¿No habría sido más inteligente y oportuno obrar en consecuencia después de haber oído las burdas explicaciones del Ministro?
En fin, con la cantidad de asesores de que disponen los dos grandes partidos políticos y lo torpes que están resultando sus actuaciones. Da bastante pena.
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