Entretenimiento

Dice Sánchez  Gijón que el partido conservador roza la mediocridad cuando piensa que la cultura es “entretenimiento”. En vísperas de elecciones surge el tema del IVA y parece que los “peperos” se repartieran los papeles de cara a la propaganda que viene. 

Un sector deja entrever que debiera bajarse el IVA; un 21% les parece  a todas luces exagerado. Mientras  que el otro sector, encabezado por De Guindos, opina que de bajada nada, los artistas y hombres de letras deben pasar por caja- a pesar de lo mucho que dan a la ciudadanía. 

En plena semana de feria me parece oportuno meditar sobre la diferencia que el PP establece  sobre la cultura/espectáculo y la cultura/ cultura transformadora de la vida. 

La palabra clave sería “ divertirse”, salir de uno mismo, montar en toda las norias, en los todos los caballitos, asustarse con la bruja, atreverse con el tren loco, olvidarse, marearse, bailar en la caseta, en suma. Lo otro seria el extremo opuesto; no relajarse, profundizar en el pensamiento, aprovechar las obras de arte que han ido creando los hombres tanto en el teatro como en el cine. He aquí dos mundos que se cruzan todos los años en los programas de  feria. Los partidos políticos utilizan las aglomeraciones populares para dejarse ver. 

Dicen que es hora de pasárselo bien pero sobre ese particular existen diferentes géneros de diversión. 

Otro elemento fundamental es la nostalgia. “Anda papá, lleva a los nenes a la feria”. Y el abuelito los lleva, les monta en los cacharricos acordándose de cuando él era  niño. Luego es posible que algún fotógrafo cace al grupo a hurto y al día siguiente veamos en la prensa local el retrato nostálgico: “He aquí a fulanito con sus nietos pasándoselo de maravilla”. Y también “ he aquí a cuatro mozos mojaqueros, casta pura y dando guerra”. 

Siempre he pensado que quienes  más se divierten son aquellos que venden o compran alguna cosa en la feria. 

Cultura del entretenimiento. 

Los programas de la derecha se basan en cabalgatas de gigantonas y animales exóticos, de corridas de toros  donde tampoco falta la de rejones con el lucimiento de hermosos alazanes. 

Luego está el festival de flamenco y la procesión de la Virgen para los creyentes. En resumen: la feria tiene ese aire inconfundible de algo que da vueltas todos los años. De ahí su fuerte agarradero en la tradición para sostén de los que no quieren cambiar nada.