Acaba el verano más seco y caluroso de los últimos años y los dirigentes políticos tienen que empezar a tomas decisiones. En el Partido Popular deben decidir los nombres que viajaran a los madriles: Congreso y Senado. Algunos ya han avisado que no vuelven, caso de María del Mar Agüero. Pero no sabemos qué pasará con Luis Rogelio, Jesús Caicedo o Eugenio Gonzálvez. ¿Repite por Almería Rafael Hernando o le buscarán hueco en Madrid? ¿Y qué piensan hacer con el antiguo secretario de don Javier Arenas, Juanjo Matarí tras años y años en el congreso por nuestra provincia? La posición que les han dejado los resultados de las municipales a Luis Rogelio y Jesús Caicedo no es como para que tiren cohetes y exijan prebendas. El resto de los políticos que monigotes pintan desde los escaños madrileños no levantan admiración en el personal como para que los líderes se puedan molestar por lo que les ocurra de cara a las listas generales del próximo diciembre.
En el PSOE tienen dos nombres sobre los que decidir, y pendiente están de ello. La decisión sobre Juan Carlos Pérez Navas no debe ser complicada para Sánchez Teruel y Adela Segura. ¿Se plantará la agrupación socialista de la capital, con Fernando Martínez a la cabeza, en defensa del portavoz en el ayuntamiento? No parece que se vaya a hacer batalla de fuerza esta cuestión. Por lo que Juan Carlos tiene todas las papeletas para que se quede en el ayuntamiento. ¿Y a Consuelo Rumí quién la defenderá? En otros tiempos era la musa de la UGT. ¿Y ahora? Si tuviéramos que darle número en el grupo socialista del ayuntamiento éste sería el tres, tras Pérez Navas y Carmen Núñez, y no creo que la deje muy satisfecha sentada en la bancada de la oposición. Intentará pelear por volver a Madrid. Puede ser esta una bonita lid interna dentro del PSOE almeriense. En el resto de la candidatura, como ocurre en el PP, los que pintan monigotes en los escaños no tienen grandes defensores que velen por ellos. Ahí mandan las direcciones.
Y de los nuevos ¿qué se puede esperar? Los datos de que dispone C’s le aseguran un escaño en el congreso (se lo quitaría al PP) si consigue esconder a Miguel durante estos meses. Cuestión complicada ésta, pues si algo le puede al señor Cazorla es una foto en la prensa, un micrófono de radio o una cámara de televisión.
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