Creo que la Junta de Andalucía debería hacer un esfuerzo didáctico, transversal e inclusivo para corregir la negatividad de las madres y padres de Rematar-El Toyo, empeñados en no apreciar las ventajas de los barracones como aulas para sus hijos. Ya dicen las señoras y señores de la Junta que esto de las caracolas o “Aulas de Fabricación Rápida”, como ampulosamente las definió hace poco la Consejera de Educación, Adelaida de la Calle, es un hecho que nos equipara con los Estados Unidos dado que, además, en muchas ocasiones la calidad de estos habitáculos es muy superior a la de las aulas convencionales, como se ha llegado a afirmar desde la Junta. Ayer por la mañana, el alcalde y concejales de PP, Ciudadanos e Izquierda Unida, se reunieron con los padres a la hora de entrada a clase en el lugar donde, en lugar de un instituto, hay un solar delimitado por barreras de alambre y ocupado por barracones-aula en donde se educan sus hijos. Todo ello muy cerca del lugar en donde la Junta construye una Escuela de Golf. Ningún concejal del PSOE tuvo el coraje necesario para acudir a la concentración en la que se reclamaba a la Junta de Andalucía la construcción del prometido colegio. Semejante osadía y tamaño desacato a los señoritos de Sevilla no podía ser compartido por quienes han asumido con docilidad un papel pecuario en la política local y no se atreven a figurar testimonialmente en una reivindicación que sólo puede despreciarse desde la cerrilidad o la insensibilidad. Y como me consta que no son ni lo uno, ni lo otro, me pregunto por la dimensión y las razones de su congoja para no haberse sumado. En lugar de apoyar a esas familias, desde el PSOE se trata de agitar el pésimo estado de las comunicaciones ferroviarias de Almería. Y llevan razón cuando se quejan, aunque olvidan la responsabilidad compartida de su partido en esta calamidad. Lo cierto es que el PP organizó hace unas semanas un encuentro de alcaldes populares para reclamar del Gobierno de su partido más agilidad en la llegada del AVE. ¿Un paripé? Puede, pero por lo menos hubo manifiesta voluntad de no parecer tan cerriles como insensibles.
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