Almería no tiene mareas

Quizás porque nuestra niñez siga jugando en la arena mediterránea, los almerienses no tenemos interiorizada la existencia de mareas, tal como pasa en otras costas. Las crónicas narran que las naves romanas que participaron en la invasión de Bretaña quedaron encalladas cerca de las playas ante la sorpresa y temor de sus tripulantes, que atribuían el efecto a la magia de los druidas. Los viejos dueños del Mare Nostrum desconocían que los chinos ya habían desarrollado tablas para predecir la frecuencia de las mareas en las localidades costeras del lejano oriente, con lo que se evitaban esos soponcios.  Y es que el mejor modo de predecir una marea es saber cuándo y cómo se van a dar las circunstancias para que ésta se produzca. Y así, en Almería sabemos que no se producirán mareas (blancas o verdes) para exigir mejores dotaciones e infraestructuras sanitarias mientas las competencias de Salud las controle el PSOE. Lo que hemos visto en Madrid o Valencia, en donde las competencias las tenía el PP, no se producirá en Andalucía. El sindicato CSIF denuncia ahora con aportación de datos y fotos la saturación que, incluso antes de la llegada de la gripe, sufre ya el hospital almeriense de Torrecárdenas. Estas denuncias coinciden con la enésima declaración de “prioridad” del hospital materno infantil que tiene una primera piedra, un presupuesto esfumado, un retraso de varios años y nula previsión presupuestaria. Pero sigue siendo prioritario, ojo. 
Nadie podría negar que todos esos fenómenos, alineados con el abandono de la promesa de convertir la Casa del Mar en centro de Salud por parte de la Junta y el maltrato económico y laboral que padecen los profesionales sanitarios, no formen una constelación lo suficientemente clara como para que se produzcan mareas tan copiosas y agitadas como las registradas en otras costas. Pero en el Mediterráneo andaluz no habrá mareas que valgan mientras los que todo lo controlan sigan al frente de la bóveda estelar. Así que habrá que ir apretujándose en Torrecárdenas.