Cien días de diálogo

Es norma no escrita otorgar cien días de cortesía a cualquiera que comienza en un nuevo cometido público o, como en el caso que nos ocupa, se inicia un nuevo mandato municipal. En un escenario diferente al de la anterior corporación, desde el Partido Popular nos hemos enfrentado a una situación sin mayoría suficiente al frente del Ayuntamiento de la capital, lo que nos ha llevado a realizar una política de mano tendida, algo que, por otro parte, ya veníamos haciendo. Y no lo hemos debido hacer tan mal porque en este tiempo sólo hemos perdido una votación.
Con la particularidad que ofrece el nuevo escenario y más allá de las cuestiones programáticas, nuestra gestión municipal mantiene la continuidad sobre proyectos a punto de ser culminados, otros iniciados y, no menos importante, el avance sobre iniciativas ilusionantes que continúen mejorando y transformando nuestra ciudad. En este tiempo ya se han iniciado las obras de la segunda fase de la Plaza Vieja, que no queremos que se paren con la dotación de presupuesto y el compromiso cierto por parte de la Junta de culminar las dos fases pendientes. 
Camino para andar y avanzar hemos encontrado también respecto al proyecto Puerto-Ciudad, sentando unas sólidas bases para el necesario trabajo que deben emprender de la mano Ayuntamiento y Autoridad Portuaria respecto a una iniciativa transformadora y necesaria para Almería. En esta línea, de colaboración hemos aprobado también el borrador de convenio con el Ministerio de Medio Ambiente para la finalización del tramo pendiente del Paseo Marítimo.
Pieza fundamental es la elaboración del presupuesto para 2016, que será negociado con todos los grupos de la oposición en busca del necesario y máximo consenso.
Las sombras a la luz en el horizonte las sigue poniendo la Junta de Andalucía, a la que se le da muy bien fabricar palabras huecas y prefabricar barracones a modo de aulas. Y es que hay cosas que no cambian ni en cien días ni en treinta años.