Se  armó el alboroto

“Ciudadanos parece una filial del Partido Popular, con más juventud  y menos corrupción”

Kayros
01:00 • 29 sept. 2015

Tras los resultados electorales  del domingo,  el lunes, 28  de septiembre, fue  un final  de  feria.  Los  rupturistas catalanes celebraban con  reservas  el  triunfo del  independentismo. Ganar en escaños y no ganar en votos deja a medio  gas la   gozada  prometida. El otro bando no tardaría mucho tampoco  en proclamar  el triunfo  de  los constitucionalistas, con lo cual todos  los partidos daban la impresión de haber  ganado y  al mismo tiempo haber perdido. Rajoy mandaba  a  los españoles  un mensaje de tranquilidad   aunque  el Gobierno y menos el partido  estén  para mensajes de tranquilidad después del batacazo. Los más  eufóricos eran  los militantes de Ciudadanos que   ya  se alzan  como los salvadores  de la situación con esa subida meteórica  de 25   diputados. 


Ciudadanos parece una filial  del PP, con más juventud y menos  corrupción, una agrupación que  se nutre  de los que se dicen  catalanes, españoles y europeos, o lo que  es lo mismo,   de  los que no quieren nada con la separación de  Cataluña-.  No es pequeña la confusión en que hemos caído. Peridis  dibujaba la viñeta   de   esta situación con un Artus   Mas  perdido entre nubes   y  con el siguiente texto:  “A estas alturas no sé si  subo  o  bajo: si voy o vuelvo”  Algunos sesudos comentaristas achacan también  al inmovilismo de Rajoy parte de culpa    del largo   desencuentro. Una región  tan  culta, tan influenciada  por la modernidad, tan dependiente  de   Europa  y abierto  a  cualquier  proyecto ilustrado,    parece imposible  que se entregue  a la sinrazón  del  nacionalismo.  Un Mas que enmascara su candidatura detrás   de otro partido para no dar a los electores  su verdadera  cara, no debería  de nuevo     ser  Presidente de la Generalitat. Por algo los  de CUT que van  a ser  seguramente quienes aporten los votos que faltan, exigen  esa condición para  el acuerdo.  Hay   mas cosas extrañas en   este  principio  de  alboroto , quién sabe  cómo   terminará todo,   El partido de Pablo Iglesias  ha estado flirteando peligrosamente con   otras fuerzas  para no llegar a  nada concreto. No quiso pactar con IU por  más que fuera  aconsejable  pactar con la izquierda. Se dedicó  más bien a terminar con el bipartidismo y a echar al PSOE  de su criadero natural. Las  generales se presentan  tan enigmáticas como  las elecciones catalanas y por este camino la corrupción seguirá  sin castigo.







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