Almería tiene a Marta Bosquet como la gran esperanza en Sevilla

Juan Torrijos
23:18 • 29 sept. 2015

Los padres de la barriada del Toyo han encontrado en Marta la voz que lleve a Sevilla las cuitas por una educación en un espacio estable y adecuado. Susana Díaz no le va a hacer ni puñetero caso a lo que le exponga Carmen Crespo sobre las necesidades de Almería en cualquier materia. Eso ya lo tenemos constatado. Pero el caso de Marta puede ser distinto. Claro que lo primero que tiene que hacer la señora Bosquet es convencer a su jefe (señor Marín) para que apoye sus reivindicaciones y que éste le apriete las tuercas a la apoyada presidenta con los votos de Ciudadanos. Supongo que tras el favor de aquellos, y ante alguna presión que no viene mal, lo mismo la Junta se toma en serio las barracas en las que cientos de almerienses se preparan para una Almería mejor. Doña Marta, y ya puesta a ser usted la embajadora de los almerienses, porque no lleva en la misma petición la Casa del Mar, el Materno Infantil, el Cable Inglés. No sigo. No la atosigo más. Pido disculpas. Entiendo que lleva usted poco tiempo sumergida en las aguas del Guadalquivir y que nadar entre ellas necesita una preparación especial. 


Doña Lucía Ayala también se ponía a disposición de las necesidades provinciales, pero no parece que la presidenta de la Junta esté por la labor de darle una baza a Podemos. Como al PP no se la va a dar y a sus compañeros del PSOE los tiene apaniguaos, la única esperanza es usted, doña Marta. Entiendo que no lo tiene fácil, especialmente por su jefe de filas andaluz, lo veo tan “apaniguao” o más que sus primos del PSOE, pero confiamos en que sea capaz de romper la coraza del señor Marín y consigan del gobierno de la Junta (con alguna amenaza si falta hiciera) que Almería (no olvide que es la provincia que la ha votado) deje de ser la sempiterna olvidada de un gobierno que se dice de todos los andaluces. Claro que como por Sevilla no se creen mucho lo de que Almería sea andaluza (tampoco se lo creen algunos por aquí) “jodio” tenemos arreglar el problema de los barracones. Para qué hablar del Materno, el Cable o la Casa del Mar.


La esperanza es lo último que se pierde, pues nada, a esperar que doña Marta Bosquet consiga una alegría para la tierra. ¿Y si no lo consigue? Bueno, habrá conocido un poco más las aguas políticas por las que está buceando y a algunos de sus protagonistas.







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