En septiembre de 2013 la ministra de Fomento, Ana Pastor recorrió todos los tramos pendientes de la A-7, hizo números y anunció el final de la autovía para el otoño de 2015. Los agoreros de turno anticiparon el incumplimiento –otro más, decían- del Gobierno. En octubre de 2014, el propio presidente Rajoy señaló en Almería en un acto organizado por la Cámara de Comercio, que la autovía que une por la costa nuestra provincia con Málaga estaría finalizado en octubre de 2015. Tampoco faltaron a su cita de descrédito los agoreros de siempre. Pero dicho y hecho: el pasado jueves, 8 de octubre de 2015, Mariano Rajoy inauguraba el tramo Carchuna-Castell que cerraba esa ansiada autovía. Allí estábamos muchos almerienses, acompañando al presidente del Gobierno en un día que, en muchos sentidos, era histórico para nuestra provincia. Pero también estábamos porque formamos parte de un partido que sostiene a un gobierno que trabaja con seriedad, gestiona con rigor y da respuesta a las necesidades de los ciudadanos con eficacia. Podrán decir los agoreros de turno, que nunca faltan, lo que quieran de esta inauguración. Pero lo cierto es que el Gobierno de Rajoy ha hecho nueve veces más kilómetros en cuatro años que el Gobierno de Zapatero en ocho, y además con la dificultad añadida de licitar, contratar y pagar obras en plena crisis económica consecuencia de las irresponsabilidades socialistas. Y no ha sido una obra fácil. Además de las dificultades de la coyuntura económica ha habido que superar grandes dificultades por la complejidad orográfica que impone un terreno muy montañoso. Una orografía que ha obligado a construir viaductos y túneles, a realizar movimientos de siete millones de toneladas de tierra y piedra, a utilizar más de 6 millones de metros cúbicos en terraplenes, a ejecutar un paso superior y cinco más inferiores o a acometer hasta 39 obras de drenaje transversal para superar el laberinto de ramblas del territorio, zona de fuertes excorrentías con las lluvias. Todo ello ha convertido la obra en una de las más costosas de todas las ejecutadas en España y Europa en los últimos años. Cada uno de los 10 kilómetros del tramo ha supuesto un coste superior a los 15 millones de euros. Podrán decir lo que quieran los socialistas que callan y miran a otro lado cuando se les recuerdan incumplimientos y olvidos tan tremendos con Almería como el hospital materno infantil, la Plaza Vieja o la Casa del Mar, pero lo cierto es que los almerienses que quieran ir en coche a Málaga podrán hacerlo a través de la A-7 invirtiendo tan sólo una hora y cuarenta minutos. Eso es lo que hace un Gobierno responsable que sabe priorizar y sabe trabajar. Y ahora es el turno del AVE.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/92149/la-a-7-cumple-con-los-almerienses