La educación es cara

Fermín Bocos
22:57 • 03 nov. 2015

Gobernar es elegir. Hace cuatro años, a la hora de plantear un ahorro en los gastos del Estado, Mariano Rajoy eligió mantener intacta la arborescente estructura del Estado -incluidas las diputaciones- y disminuir los recursos dedicados a la Educación: investigación, tasas universitarias, becas, etc. Hay quien piensa que la educación es cara. El hoy "becario" parisino José Ignacio Wert, fue pionero en ese discurso.
 España es un país que gasta dinero en fuegos artificiales. Con el último Gobierno socialista (Rodríguez Zapatero) nos gastamos un potosí patrocinando la cúpula escayolada por Miquel Barceló en la sede de la ONU en Ginebra. Con el actual (Mariano Rajoy) todavía no sabemos lo que nos habrá costado la campaña de esa cursilería que se dió en llamar la "Marca España". 
Un país, como el nuestro, con más de cinco siglos de Historia y origen de un idioma que hablan cerca de cuatrocientos millones de personas, no es una marca.
 Lo importante de un país es el buen nombre de sus ciudadanos, el prestigio de sus instituciones, la ausencia de sus políticos de las estadísticas que miden la corrupción. Los Estados Unidos de Norteamérica no van por el mundo presumiendo de la "Marca USA". Lo que les hace importantes no es tener las Fuerzas Armadas más potentes del mundo, la clave de su liderazgo hay que buscarla en otro sitio. 
Lo fundamental es que tienen 42 de las 50 mejores universidades del mundo. Es, de lejos, el país que más invierte en investigación. Esa es la base del poder global norteamericano, no su poderío militar.
Hasta que nuestros políticos no entiendan que invertir en Educación es la clave para asegurar el futuro del país y sus ciudadanos, seguiremos como estamos: a la cabeza en fracaso escolar en relación con los demás países de la Unión Europea. Claro que la educación es cara, pero, a la larga, es mucho más cara la ignorancia.


 







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