Los atentados de París y el proceso electoral en España

Carlos Carnicero
23:26 • 23 nov. 2015

La economía, la gran apuesta de Mariano Rajoy para el 20-D, ha sido desplazada de la agenda electoral. Sus sustitutos son el desafío antidemocrático catalán y la eclosión de la amenaza yihadista desde los atentados de París. Estado de Emergencia en Francia, situación de guerra en las calles de Bruselas y el miedo instalado que facilita el recorte de libertades en las sociedades europeas. Pero vayamos por partes. Primero, la conexión existente entre el desafío en Cataluña y los atentados de París.
Si el trayecto a la independencia de Cataluña era complicado, los atentados de París lo hacen casi metafísicamente imposible. Naturalmente salvo que quienes lideran esta ensoñación apostaran por la autarquía, lo que llevaría a Cataluña al siglo XIX.
La nueva formulación de la amenaza terrorista refuerza la necesidad del cumplimento de la ley. Las restricciones de derechos necesitan el amparo de una ley aunque sea excepcional. 
Cualquiera que base sus proyectos en el incumplimiento sistemático de la ley es un cadáver político en esta Europa en crisis. Y los fabuladores de la independencia catalana han elegido el incumplimiento de la ley como su principal tecnología política. Algo que horroriza en todas las cancillerías europeas.


La amenaza Es difícil no estar en el pacto antiyihadista. Pablo Iglesias lo tiene complicado porque quien redactó el texto del pacto tuvo mucho cuidado en que quedara reflejada la defensa de derechos y libertades como objetivo prioritario. Intentar hacer la falsa ecuación entre este pacto y el recurso de la guerra de Irak es muy difícil.
Es cierto que hay un sector de la intelectualidad y de la izquierda que eleva a la categoría de guerra como atentado contra la humanidad. La guerra es un concepto que admite muchos matices. Y el primer condicionante es tener en cuenta quien la declaró. En el ataque a Pearl Harbour estableció la legitimidad de Estados Unidos para declarar la guerra a Japón. 
La invasión de Polonia en 1939 bendijo la declaración de guerra de Francia e Inglaterra a Alemania. Al contrario, el abrazo de las Azores certificó la ilegalidad de la guerra de Irak con el añadido de que se demostró la mentira de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak







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