“¡Cállense cuando está hablando un hombre!” dijo el alcalde

Juan Torrijos
01:00 • 27 nov. 2015

Con la frase sobre la mesa nadie puede asegurar que el alcalde carbonero, Salvador Hernández, se estuviera dirigiendo a una mujer determinada, aunque en ese momento una voz femenina se oyera en el salón de plenos. La solicitud de silencio por parte del señor alcalde estaba dirigida, sin género establecido, a todos y cualquier concejal que en ese momento estuviera hablando. Si el señor Hernández hubiera pronunciado un: “Cállese”, tendríamos la seguridad de que la expresión iba dirigida a la persona que en ese momento intentaba meter baza en la discusión que se mantenía en el pleno. Mete la “patita” el alcalde cuando suelta lo que “está hablando un hombre”. Cierto que sienta muy mal que le interrumpan a uno cuando está en el uso de la palabra. Cierto que algunos-as demuestran muy poca educación cuando lo hacen, pero no queda demasiado bien lo de “cállense que está hablando un hombre”. Si hubiera dicho que estaba hablando el alcalde le diríamos que un poco prepotente y chulesco era su comportamiento, pero algo de razón le daría el protocolo, la educación y el respeto que se le debe al representante máximo de la institución. Cuando suelta lo de “que está hablando un hombre” demuestra usted que en el fondo nos queda (no sé si a todos, supongo que sí) un poso de machismo difícil de erradicar. En la frase por usted pronunciada una palabra le exonera: “cállense”, y otra le condena: “hombre”. Decida lo que quiere hacer para hacerle olvidar a sus vecinos una metedura de pinrel tal.
No se me va a ocurrir pedir su dimisión por la frase en cuestión, téngalo claro, antes otros muchos y muchas tendrían que dimitir de sus escaños. Al frente de ayuntamientos y en altos cargos políticos están personas que han engañado a los votantes, les han robado y siguen al frente de sus responsabilidades como si nada hubiera pasado. Las comparaciones son odiosas, lo son, y Carboneras es un pueblo donde se han vivido movidas y tramas que han ganado elecciones con votos que estuvieron sentados hasta en los banquillos de los juzgados. Reconoce usted que se equivocó, que no quería decir lo que dijo. Vamos, que se puso nervioso. Debe saber que no son muy recomendables los nervios en la política. Si la interrupción de una edil del Psoe le pone de los nervios, me parece que va a tener que soportar demasiadas en el futuro.


 







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